El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, criticó la recién aprobada ley de fecundación asistida porque implica la "fabricación de bebés" -y la muerte de otros durante el proceso-, para acceder a intereses egoístas "de adultos dispuestos a ejercer una autonomía que no reconoce límites".
En un artículo publicado en el diario El Día bajo el título "¿Bebés de fábrica?", Mons. Aguer advirtió que la fecundación artificial no puede considerarse "una solución médica", ya que no cura los problemas de infertilidad o esterilidad, sino que más bien "suplanta el acto por el cual se transmite la vida, disociando la procreación de la sexualidad".
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"Tal disociación implica el menosprecio de valores fundamentales que presiden la procreación humana y tiene consecuencias gravísimas", señaló el Prelado, que advirtió que el deseo de tener descendencia "no puede ser satisfecha éticamente por cualquier medio".
Además, señaló que los legisladores, al aprobar un procedimiento que implica la muerte de embriones, han suscrito, "al menos implícitamente, el error de no considerar al embrión un ser humano, sujeto de derechos".
En su artículo, el Arzobispo también criticó que la ley no haya sido aprobada luego de "un debate serio y prolongado". Tampoco "se planteó la posible limitación de los daños que se seguirán de la adopción de las técnicas artificiales de reproducción –como ha ocurrido en otros países– y la imprecisión del texto deja un amplísimo campo a determinar por la autoridad de aplicación. Es asombroso también que en la Cámara de Diputados se haya registrado un solo voto en contra. ¡Qué penosa ofuscación de la conciencia en nuestros legisladores!".
Además, al permitirse la donación de gametos se afecta el derecho a la identidad de los niños que sean concebidos artificialmente. "La importancia de este derecho se ha visto realzada en los últimos años en los trámites para establecer la identidad de los hijos de muchas personas desaparecidas, pero ahora se lo menosprecia al facilitar el nacimiento de niños biológicamente huérfanos", advirtió.
Asimismo, señaló que con la legalización de los bancos de embriones y la donación de estos se ha degradado al ser humano en su estado inicial "a la condición de objeto biológico". "Una muerte segura aguarda a un elevado número de niños por nacer –eso es un embrión humano, un niño por nacer– o posibles lesiones y el consiguiente descarte", además -indicó-, nada impide la selección discriminatoria de embriones "por razones físicas o genéticas".
"La persona que accede a estos métodos inhumanos, y que es indebidamente considerada un paciente, puede revocar su consentimiento 'hasta antes de producirse la implantación del embrión en la mujer'. ¿Qué se hará con los niños así concebidos y eventualmente rechazados? El texto asegura el acceso igualitario a las prácticas, sin exclusiones por orientación sexual o estado civil; así se legaliza implícitamente el alquiler de vientres (¿de qué otro modo podría conseguir su propósito una pareja integrada por dos varones?)", cuestionó.
El artículo completo puede leerse en http://www.eldia.com.ar/edis/20130627/Bebes-fabrica-opinion1.htm