Al recibir esta mañana en el Vaticano a la delegación del Patriarcado ecuménico ortodoxo de Constantinopla, que llegaron con ocasión de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco les indicó que "la presencia de ustedes es la señal del estrecho lazo que une en la fe, en la esperanza y en la caridad, a la Iglesia de Constantinopla con la Iglesia de Roma".
La costumbre del intercambio de visitas con motivo de las respectivas fiestas patronales se remonta a 1969.
En esta ocasión, el Santo Padre remarcó que "el encuentro fraterno es parte esencial del camino hacia la unidad".
La búsqueda de la unidad entre los cristianos es "una urgencia a la cual, hoy más que nunca, no podemos sustraernos. ¡En nuestro mundo hambriento de verdad y de amor, de paz, esperanza y unidad, es clave para nuestro mismo testimonio, poder finalmente proclamar con una sola voz la alegre noticia del Evangelio y celebrar juntos los Divinos Misterios de la nueva vida en Cristo!".
"Sabemos que la unidad es, en primer lugar, un don de Dios por el que hay que rezar sin descanso, pero a todos nosotros nos corresponde la tarea de preparar las condiciones y de cultivar el terreno del corazón para acoger esta gracia extraordinaria".
El Papa también elogió el aporte fundamental en la búsqueda de la plena comunión de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico que presiden el Metropolitano Joannis y el cardenal Kurt Koch. Ese órgano ha elaborado diversos textos en común y ahora estudia la relación teológica y eclesiológica entre primado y sinodalidad en la vida de la Iglesia.
Al respecto, Francisco remarcó la relevancia de que hoy "se pueda reflexionar juntos en la verdad y en la caridad sobre estas temáticas comenzando por lo que nos une sin esconder, sin embargo, lo que todavía nos separa".
"No se trata de un mero ejercicio teórico, sino de conocer a fondo las tradiciones recíprocas para comprenderlas y, a veces, para aprender de ellas. Me refiero, por ejemplo, a la reflexión de la Iglesia Católica acerca del sentido de la colegialidad episcopal y a la tradición de la sinodalidad, tan característica de las Iglesias ortodoxas".
El Santo Padre expresó que "me conforta saber que católicos y ortodoxos comparten la misma concepción de diálogo que no busca un minimalismo teológico sobre el que llegar a un compromiso, sino que se basa más bien, en la profundización de la única verdad que Cristo dio a su Iglesia y que no cesamos nunca de comprender mejor movidos por el Espíritu Santo".
"Por eso no tenemos que tener miedo del encuentro y del diálogo verdadero. No nos aleja de la verdad; al contrario, a través de un intercambio de dones, nos conduce, bajo la guía del Espíritu de la verdad a toda la verdad".
Al despedirse de la delegación ecuménica, que participará el 29 de junio en la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa invocó la intercesión de ambos santos, patronos de la Iglesia de Roma, así como del Apóstol Andrés, patrono de la Iglesia de Constantinopla, "por nuestros fieles y por las necesidades del mundo entero, sobre todo de los pobres, de los que sufren y de los que son perseguidos injustamente por razón de su fe".