El Papa Francisco consideró que la música clásica es "un momento de pausa y elevación para el alma, que también suscita sentimientos y emociones que estimulan a la reflexión", informó el diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano.
Así lo expresó en su saludo a los organizadores del concierto con motivo del Año de la Fe celebrado el pasado 22 de junio por la tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano. El texto fue leído en su nombre por el Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, responsable para el Año de la Fe, y organizador del evento.
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"El Santo Padre me ha encargado traer su más cordial saludo, junto a su pesar por no poder compartir con nosotros esta tarde por una inconveniencia urgente e improrrogable, la cual debe afrontar en este momento. Pero puedo asegurar, que todos los compromisos previstos para mañana están confirmados".
El domingo 23 de junio, Francisco celebró la Misa en el Domus Santa Marta a los Nuncios Apostólicos del mundo, recibió a la Asociación de los Santos Pedro y Pablo, y se reunió con miles de peregrinos para el rezo mariano del Ángelus.
"El Santo Padre agradece a todos los que han hecho posible y organizado este concierto dentro del ámbito del Año de la Fe", continuó el Prelado.
De manera especial, el Papa se dirigió al Coro de la Academia Nacional de Santa Cecilia, dirigido por el maestro Ciro Visco, y conformado por los solistas, la soprano Sabina von Walther, la medio soprano Julia Gertseva, el tenor Jörg Schneider y el bajo Josef Wagner.
También saludó a la Orquesta Sinfónica Nacional de Radio Televisión de Italia (RAI), y al maestro director Juraj Val?uha "por la valiosa ejecución de esta monumental sinfonía", la número 9 en re menor de Ludwig van Beethoven, universalmente conocida por el último movimiento que incluye parte del Himno de la Alegría de Friedrich Schiller.
Al presentar el concierto, Mons. Fisichella recordó que la fe "suscita varios sentimientos en el hombre para rendir gloria al Creador. La música es uno de estos. Ésta ha acompañado la oración y ha permitido dar voz a la belleza del encuentro con Dios".
En el Año de la Fe, añadió, "es importante recordar lo importante que está siendo el cristianismo como promotor de la cultura a lo largo de los siglos. Si no hubiese habido fe en Jesucristo, toneladas de partituras musicales se habrían quedado en blanco y, en cambio, la simplicidad del nacimiento de Belén, los momentos más dramáticos de la pasión y la muerte, como la gloria de la resurrección, en resumen, el misterio de la vida de Jesús, el Hijo de Dios, así como la oración de la Iglesia han provocado las mentes de hombres y mujeres geniales que han dado lugar a una milenaria y fecunda historia de música sagrada y clásica que se ha convertido en patrimonio de la humanidad".
Finalmente el Prelado subrayó que "se puede sostener que esta música junto a otras expresiones del arte sagrada son verdaderos preámbulos a la fe, de los cuales, muchos de nuestros contemporáneos siguen en su búsqueda y constituyen un eficaz instrumento de Nueva Evangelización".
Al concierto asistieron miles de fieles y 23 cardenales, entre quienes se encontraban el Secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone, y el Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano. También asistieron el Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Angelo Becciu; el Secretario para las Relaciones Internacionales, Mons. Dominique Mamberti; y el Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gänswein.