Esta mañana el Papa Francisco recibió en audiencia, en el Palacio Apostólico Vaticano, al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. En el diálogo conversaron sobre la actual situación del país sudamericano que afronta una grave crisis económica tras la muerte de Hugo Chávez.
Un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señala que "las conversaciones, que se celebraron en un clima de cordialidad, se detuvieron sobre la situación social y política del país, después del reciente fallecimiento del presidente Hugo Chávez Frías, así como sobre algunos problemas de actualidad, como la pobreza y la lucha contra la delincuencia y el tráfico de drogas".
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Luego, se hizo referencia a la presencia histórica de la "Iglesia Católica en Venezuela y a su contribución decisiva en los ámbitos de la caridad, de la asistencia sanitaria y de la educación, coincidiendo en la necesidad de un diálogo sincero y constante entre la Conferencia Episcopal y el Estado, por el desarrollo de toda la nación. Sin olvidar la situación regional, con especial referencia al proceso de paz en Colombia".
A su llegada a la Sala del Tronetto, donde se celebran los saludos oficiales, el presidente venezolano afirmó que era "un honor" conocer al Papa y dijo estar "muy impresionado" y "feliz" por estar allí. Además, agradeció al Santo Padre "todo lo que está haciendo".
Maduro llegó acompañado de su esposa, Cilia Flores, y de una nutrida delegación compuesta entre otros por el Ministro de Exteriores, Elías Jaua, el de Planificación, Jorge Giordani, y del Petróleo, Rafael Ramírez Carreño.
Durante el tradicional intercambio de regalos, Maduro obsequió al Papa la Constitución del país, un retrato de Simón Bolívar, un cuadro de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, y una escultura del doctor José Gregorio Hernández (1864-1919), que se encuentra en proceso de canonización.
Sobre el médico venezolano, conocido por su compromiso con los más desfavorecidos, Maduro expresó su deseo ante el Papa de que sea pronto canonizado pues "es un santo del pueblo".
Por su parte, el Papa Francisco entregó a Maduro una pluma estilográfica y, como ya hizo con los otros mandatarios latinoamericanos, y el documento de las conclusiones de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que se celebró en el año 2007 en la localidad de Aparecida, en Brasil, que el Santo Padre volverá a visitar a finales de julio en su viaje a esa nación.
Todos los componentes de la delegación venezolana que saludaron al Pontífice le pidieron que bendijese los objetos e imágenes que llevaban con ellos. También Maduro pidió al Papa que lo bendijera y el Pontífice le hizo la señal de la cruz en la frente.
Finalizada la audiencia con el Papa, Maduro mantuvo un encuentro con el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, acompañado por el Arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las relaciones con los estados.