El Papa ha recibido esta mañana en audiencia a los miembros del 13º Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, a quienes anunció que terminará la Encíclica sobre la fe que había comenzado a escribir Benedicto XVI.
Esta es la primera vez que el Santo Padre confirma públicamente que concluirá esta encíclica sobre la fe.
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Hace unos días el Obispo de Molfetta-Ruvo-Giovinazzo-Terlizzi (Italia), Mons. Luigi Martella, señaló que el Papa Francisco está preparando la cita encíclica y otra más sobre los pobres que podría titularse "Beati pauperes".
En su discurso de hoy, el Papa reflexionó con la Secretaría del Sínodo sobre la nueva Evangelización para la transmisión de la fe. "Entre estos dos elementos -dijo el Pontífice- hay una estrecha conexión: la transmisión de la fe cristiana es el objetivo de la nueva evangelización y de toda la obra evangelizadora de la Iglesia, que existe, justamente, para ello".
"La frase 'nueva evangelización' resalta, además, la certeza cada vez más clara de que, también en los países de antigua tradición cristiana, es necesario un anuncio renovado del Evangelio que vuelva a llevar a un encuentro con Cristo que transforme realmente la vida y no sea superficial y rutinario. Y esto repercute en la acción pastoral".
El Santo Padre citó luego las palabras de Pablo VI en su discurso al colegio cardenalicio en 1973: "las condiciones de la sociedad nos obligan a revisar los métodos, a tratar con todos los medios de estudiar cómo llevar al hombre de nuestros días el mensaje cristiano con el que solamente puede encontrar la respuesta a sus interrogantes y la fuerza para su compromiso de solidaridad humana".
"Quiero alentar a toda la comunidad eclesial -ha añadido el Papa Francisco- a que no tenga miedo de 'salir' de ella misma para anunciar, confiando sobre todo en la presencia misericordiosa de Dios que nos guía. Efectivamente, las técnicas son importantes pero ni siquiera la más perfecta de ellas podría sustituir a la acción discreta pero eficaz del actor principal de la evangelización: el Espíritu Santo".
Francisco resaltó que "es necesario dejarse conducir por Él, aunque nos lleve por caminos nuevos; es necesario dejarse transformar por Él para que nuestro anuncio sea siempre el de la palabra acompañada por la sencillez de vida, del espíritu de oración, de la caridad hacia todos, especialmente los pequeños y los pobres; de la humildad y del desapego de sí mismo, de la santidad de vida.".
El Sínodo de los Obispos "ha sido uno de los frutos del Concilio Vaticano II" y "gracias a Dios, en estos cincuenta años se han sentido los beneficios de esta institución que, de forma permanente, está al servicio de la misión y de la comunión de la Iglesia, como expresión de la colegialidad".
"Abiertos a la gracia del Espíritu Santo, que es el alma de la Iglesia, confiamos en que el Sínodo mejorará todavía más para favorecer el diálogo y la colaboración entre los obispos y entre ellos con el Obispo de Roma", concluyó el Santo Padre.
El Papa también respondió a algunas preguntas de los presentes. Allí anunció que terminará la encíclica iniciada por Benedicto XVI y se refirió a la importancia de temas como la familia, la dignidad humana y la tecnología en vistas a los 50 años (en 2015) del documento Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II.
El Santo Padre criticó que mucha gente considera actualmente el matrimonio como algo "provisional" y se ha referido al tema de la ecología, en particular la ecología humana. El Pontífice habló también del laicismo y agradeció a todos los presentes los esfuerzos por responder a este y otros desafíos.