La Conferencia Episcopal de Filipinas se opusieron a la nueva ley aprobada por el Parlamento que los incluye dentro de las profesiones con derecho a adquirir una licencia para usar armas en el país.
"Los sacerdotes son hombres de paz, imitadores de Cristo, y como tales, no deben usar armas para la autodefensa. Nuestra protección deriva de lo que hacemos, de nuestro modo de estar entre la gente. Y después los ángeles velan por nosotros", expresó el Obispo de Sorsogon, Mons. Arturo M.Bastes, según informa L'Osservatore Romano.
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La ley prevé para los sacerdotes, banqueros, hombres de negocios, ministros, imanes, rabinos, médicos, enfermeros e ingenieros, una vía rápida para conseguir armas debido a que su profesión entra en la categoría de sobreexposición a un "peligro inminente".
"Los sacerdotes deberían ser hombres de paz, no de guerra. Nuestro Señor Jesús dijo que quien hiere con espada, muere con la espada. No podemos combatir la violencia con la violencia", aseveró el Obispo de Malolos, Mons. Jose F. Oliveros.
La Ley Integral de Reglamento de Armas de Fuego y Municiones, fue firmada por el presidente Benigno Aquino el pasado 29 de mayo y especifica los criterios bajo los cuales se otorga la licencia y el tipo de armas que se pueden adquirir en el mercado.
Los obispos filipinos recordaron que solo las fuerzas del orden deberían portar armas en lugares públicos.
Filipinas es el quinto país del mundo con mayor número de homicidios por arma de fuego, después de Estados Unidos. La licencia define cinco clases de poseedores y el tipo de armas que se les permite portar y en qué número.
La posesión ilegal de armas comporta penas de hasta seis años de prisión y según los datos oficiales de la policía, existen 1,2 millones de armas legalmente adquiridas entre la población civil y 600 mil de manera ilegal.
Encuestas recientes elaboradas por la prensa filipina apuntan números significativamente diversos. Según estas, el país asiático habría 1,9 millones de armas de fuego posesión ilegal.