La experta en bioética Elena Lugo consideró que la ley de fertilización asistida sancionada ayer, miércoles 5 de junio, por la Cámara de Diputados de la Nación, atenta "irónicamente" contra la familia porque "ignora los deberes que precisamente sustentan los derechos y menosprecia el sentido pleno" de la vida, la paternidad, la maternidad al convertirlos en "bienes de las personas".

La doctora Luego se refirió así a la nueva norma que permite la fertilización asistida en Argentina, incluso para parejas homosexuales, y que estará incluida en el Programa Médico Obligatorio (PMO), junto a los servicios básicos de salud que cualquier prestadora social o institución médica privada debe brindar.

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La especialista, de la Comisión de Bioética Padre José Kentenich en Argentina, explicó que la nueva norma no toma "en cuenta el deber que todo profesional de la salud tiene de prevenir los riesgos y daños que le son universalmente reconocidos a las técnicas reproductivas".

Entre ellos, enumeró la manipulación de los gametos en su capacidad fecundante, la alteración estructural, la inducción de una multiovulación, la pérdida de embriones por no anidación y malformación y la exclusión del filtro natural biológico que selecciona los espermatozoides.

"La técnica de la reproducción humana lleva de hecho a un trato puramente instrumental de los embriones. Estos podrían verse como producto manipulable, bajo control de calidad, en principio descartables y expuestos en el laboratorio, vistos como objeto y producto de la pericia técnica", sentenció.

"Las técnicas de fecundación in vitro se aceptan porque se presupone que el embrión no merece pleno respeto cuando está en competencia con un deseo que hay que satisfacer y al cual se le atribuye el carácter de un derecho".

La experta aseguró que "es del todo deplorable que las distintas técnicas de reproducción artificial, que parecerían puestas al servicio de la vida y que son practicadas no pocas veces con esta intención, en realidad dan pie a nuevos atentados contra la vida, al igual que fragmentan la unidad inherente al acto marital"

La doctora Lugo recalcó asimismo que la asistencia clínica debe asentarse sobre valores puestos en relación con la dignidad del paciente, y no en criterios de eficacia o utilidad.