La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) pidió a la asamblea general de la OEA, que se reúne del 4 al 6 de junio en la ciudad de La Antigua en ese país, que no apoye el aborto porque es un delito y una grave violación al derecho natural a la vida; y que no avale la agenda del lobby gay.

En un comunicado dado a conocer hoy, los prelados expresan su profunda preocupación porque la asamblea tiene en agenda "aprobar resoluciones que favorecen la práctica del aborto. La Conferencia Episcopal de Guatemala, en comunión con los Episcopados de América, manifiesta su preocupación acerca de los esfuerzos para promover la legalización y el acceso al aborto".

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Los obispos denuncian luego que las recomendaciones de la Convención de Belém do Pará, que sugieren la legalización del aborto, "son una violación a la Constitución de Guatemala".

"No solo eso. El aborto es una violación al derecho natural a la vida del no nacido. La amplia práctica de una conducta, sea el aborto, el asesinato o el robo no justifica que se dicten normas para que la práctica sea más fácil o segura ni la hace éticamente aceptable".

La CEG precisa luego que "el aborto es un delito contra la dignidad y la vida de una persona humana en un estado de total inocencia, indefensión y dependencia".

"La maldad del aborto", prosiguen los obispos, "no se sustenta en credo religioso alguno sino en el derecho inherente de toda persona a la vida, incluso antes de nacer. Proponer que existe un derecho de la mujer embarazada (cualquiera que sea la causa del embarazo) a interrumpir el embarazo por encima del derecho del no-nacido a la vida socava el principio que dice que el principal derecho humano es el derecho a la vida".

Los obispos se refieren luego a una resolución en la agenda de la OEA que busca promover al lobby gay. Si bien, explican, los homosexuales "tienen derecho a la protección contra cualquier tipo de violencia", la dignidad que les es propia "no se defiende por medio de la aprobación y legalización de las variadas formas de conducta en materia sexual o en cualquier otro campo que las personas puedan tener".

"La dignidad inherente de las personas no transforma en derecho humano cualquier tipo de conducta que las personas mantengan, sean en el ámbito de la sexualidad humana o en cualquier otro campo de la conducta y quehacer humano", añaden.

Por eso, "la Conferencia Episcopal pide también al Gobierno de Guatemala y a los demás Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos que rechacen las resoluciones para promover la homosexualidad en el proyecto de 'Convención Interamericana contra todas las formas de discriminación e intolerancia' y la resolución sobre 'Derechos humanos, orientación sexual e identidad y expresión de género'".

Los obispos recuerdan luego que "la dignidad de las personas se defiende y se fortalece cuando la conducta humana se atiene a un código ético que deriva de la naturaleza de la persona y de las cosas. La sexualidad humana está naturalmente orientada a la complementariedad entre el hombre y la mujer y por lo tanto la única expresión sexual coherente con la dignidad de las personas es la que se da entre un hombre y una mujer".

"Por lo demás estas formas de conducta son ajenas a las que la tradición cultural de nuestro pueblo ha sostenido en materia sexual", concluyen.

Para leer el comunicado completo ingrese a: http://www.iglesiacatolica.org.gt/20130605.pdf