El doctor José María Simón Castellví, presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), advirtió que "la historia se repite" en Perú, con respecto a la estrategia realizada por los promotores del aborto para legalizar esta práctica en España.
En diálogo con ACI Prensa, el también miembro del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud), recordó que "cuando empezaba la carrera de Medicina en Barcelona (España), en 1981, hubo una campaña mediática tremenda para legalizar el aborto".
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Lo que en ese momento aseguraban buscar los abortistas era "despenalizar" el aborto, señaló Simón Castellví, pues "decían que no se legalizaba sino que se despenalizaba para que las mujeres no entrasen en prisión".
"Al feto, la distinción (entre legalización y despenalización) le daba igual, era un feto muerto más. Y la madre, otra más que perdía su inocencia. Además, que se sepa, ninguna estaba en prisión", dijo.
Al poco tiempo, recordó el presidente de FIAMC, "algunos medios de comunicación y personajes influyentes 'tocaron' el corazón de las gentes diciéndoles que tantísimas mujeres eran víctimas de violaciones que se debía 'despenalizar' el aborto por violación".
Se promovió en la opinión pública que "no se podía consentir que una mujer gestase un feto de alguien tan repugnante como un violador", señaló.
"Daba igual la opinión de los expertos que decían que era muy difícil una concepción bajo un estrés tan brutal como el que provoca la violación. Daba igual que algunos juristas dijeran que el concepto jurídico de violación solo lo podía decidir un juez, después de un proceso con garantías", criticó.
"No importaba que muchos casos de violación se hallaban dentro del círculo mafioso sexo-droga-violencia-delincuencia-mentira-prostitución. Se trataba de introducir el aborto como fuera", recordó.
En ese momento, en la sociedad española "pocos nos preguntábamos por qué no actuaba más la policía para evitar violaciones. Parecía como si de lo que se tratase era de abortar a cualquier precio".
"La violación en sí no preocupaba tanto. El feto no valía ya que había sido presuntamente gestado tras una violencia. importaba poco la dignidad de la mujer. Solo importaba el aborto provocado".
"¡Era un truco para que se aceptase socialmente! Ahora, en España, el aborto procurado está sin control. No se protege al feto, los fiscales no acusan, si algún juez condena a un abortero se le indulta", denunció.
El médico español señaló que llegó un momento en el que "también parecía importar mucho el aborto para favorecer la 'salud' de la madre o el aborto en mujeres pobres -'para que no tengan que ir a abortar a Inglaterra, como las ricas', decían".
"Paradójicamente, en los abortorios de España y de otros países, hoy no se practican abortos si la mujer puede morir, pues no quieren acarrear con un cadáver adulto, y raramente se practican si la mujer o el estado no paga o no puede pagar".
Simón Castellví remarcó que "la historia se repite en todas partes igual". "Definitivamente el aborto son las misas del diablo", concluyó.
Hoy la plataforma abortista Articulación Feminista, que comprende a ONGs como Promsex y Manuela Ramos presentó, a través de su campaña Déjala Decidir, apenas 60 mil firmas que recogieron en 8 meses, con las que buscan presionar al Congreso peruano para legalizar el aborto por violación.