Los cristianos en República Centroafricana son víctimas de diversas agresiones, como saqueos, ejecuciones sumarias, violaciones y torturas, por parte de militantes islámicos, en lo que se ha establecido como "un reino del terror" desde marzo, en que los rebeldes Seleka tomaron control del país.
Según informó la agencia vaticana Fides, que recogió la denuncia de un pastor de una iglesia local, en los últimos meses se han realizado asesinatos de cristianos, mientras que los rebeldes buscan a sacerdotes y trabajadores cristianos para golpearlos y obligarlos a entregar dinero o sus vidas.
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Además, los lugares de culto y propiedades privadas de cristianos son atacados y saqueados.
La violencia ha obligado a que los cristianos abandonen sus hogares y se refugien en el campo, lo que suma más de 200 mil desplazados y 49 mil refugiados en países vecinos.
Los líderes cristianos locales han denunciado que la crisis en el país es ignorada por los medios de comunicación y la población predominantemente cristiana se siente abandonada por la comunidad internacional.
Margaret Vogt, enviada de la ONU a la República Centroafricana, instó la semana pasada al Consejo de Seguridad a analizar la posibilidad de un despliegue de fuerzas de seguridad para "contener el estado actual de anarquía" en el país, y pidió que se impongan sanciones contra los rebeldes acusados.