El Papa Francisco señaló esta mañana que la Iglesia necesita cristianos con fervor apostólico y no cristianos de salón que no lo viven, a ejemplo de San Pablo que anunció el Evangelio siempre con coraje.
En la Misa, que concelebró con el Cardenal Peter Turkson y Mons. Mario Toso, presidente e secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Papa recordó que la vida de San Pablo fue "una batalla campal" y una "vida con muchas pruebas" ante las que no se desalienta "porque siempre ve al Señor al final por lo que no deja de ir adelante".
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"Pablo fastidia: es un hombre que con su prédica, con su trabajo, con su actitud fastidia, porque anuncia a Jesucristo ante nuestras comodidades, tantas veces ante nuestras estructuras cómodas, también cristianas, ¿no? fastidia. El Señor siempre quiere que vayamos hacia adelante, más adelante... que no nos refugiemos en una vida tranquila o en las estructuras caducas".
Tras señalar que San Pablo era un hombre ardoroso de gran fervor apostólico, el Papa explicó que este celo "es algo que viene de adentro, que el mismo Señor lo quiere de nosotros (...) ¿Y de dónde viene? Viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, pero no en un conocimiento intelectual o científico - eso es importante porque nos ayuda - sino con ese conocimiento del corazón, del conocimiento personal".
El Papa dijo luego que "Pablo estuvo siempre en problemas, pero no en problemas por los problemas, sino por Jesús" porque anunciarlo "tiene estas consecuencias". El fervor apostólico se comprende solo "en una atmósfera de amor". Este celo "tiene algo de locura, una locura espiritual, una sana locura" que San Pablo también tenía.
"Pero también están los cristianos de salón, ¿no? Los educados, los que tienen todo bien, pero que no saben hacer hijos de la Iglesia con el anuncio y el fervor apostólico. Hoy podemos pedir al Espíritu Santo que nos dé este fervor apostólico a todos nosotros y que nos dé la gracia de fastidiar las cosas que están demasiado tranquilas en la Iglesia, la gracia de avanzar hacia las periferias existenciales. ¡Tanto necesita esto la Iglesia!"
"No solo en tierras lejanas, en las Iglesias jóvenes, en los pueblos que todavía no conocen a Jesucristo, sino también aquí en las ciudades (...) Adelante, como dice el Señor a Pablo '¡Coraje!'".