En la homilía de la Misa de esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo que cuando la Iglesia se convierte en mundana, a causa del demonio, se hace incapaz de anunciar el Evangelio y el "escándalo" de la Cruz. "¡Este es el peligro más grande!"
Ante algunos funcionarios de la APSA, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, el Santo Padre señaló que "cuando la Iglesia se convierte en mundana, cuando tiene dentro de sí al espíritu del mundo, cuando tiene aquella paz que no es la del Señor –aquella paz de cuando Jesús dice 'os dejo la paz, os doy mi paz', no como la da el mundo– cuando tiene esa paz mundana, la Iglesia es una Iglesia débil, una Iglesia que será vencida e incapaz de portar el mismo Evangelio, el mensaje de la Cruz, el escándalo de la Cruz… No lo puede llevar adelante si es mundana".
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Francisco explicó que "se puede custodiar a la Iglesia, se puede curar a la Iglesia y nosotros debemos hacerlo con nuestro trabajo; pero es más importante lo que hace el Señor: Él es el único que puede mirar cara a cara al maligno y vencerlos. (…) Si queremos que el príncipe de este mundo no tome a la Iglesia en sus manos, debemos confiarla al único que puede vencerlo".
Tras alentar a rezar por toda la Iglesia, incluso por aquellos bautizados que uno no ve o no conoce, el Santo Padre dijo que "confiar la Iglesia al Señor es una oración que hace crecer a la Iglesia. Es también un acto de fe. Nosotros no podemos nada, somos pobres servidores –todos– de la Iglesia: pero es Él quien puede llevarla adelante y custodiarla y hacerla crecer, hacerla santa, defenderla del príncipe de este mundo y de aquello que quiere hacer que la Iglesia se haga más y más mundana. ¡Este es el peligro más grande!"
"Confiar la Iglesia al Señor, confiar a los ancianos, los enfermos, los niños, los jóvenes… 'Custódianos Señor tu Iglesia' ¡Es tuya! Con esta actitud Él nos dará, en medio de las tribulaciones, aquella paz que solo Él puede dar. Esta paz que el mundo no puede dar, esta paz que no se compra, aquella paz que es un verdadero don de la presencia de Jesús en medio de su Iglesia".
El Papa señaló además que es necesario "confiar a la Iglesia que están en tribulación: hay grandes tribulaciones, persecuciones… pero hay también pequeñas tribulaciones: las pequeñas tribulaciones de la enfermedad o de los problemas de familia… Confiar todo esto al Señor: Custodia a tu Iglesia en tribulación, para que no pierda la fe, para que no pierda la esperanza".
Para concluir, Francisco exhortó a todos a "hacer esta oración de confianza por la Iglesia que hará bien a toda ella. Nos dará gran paz a nosotros y a la Iglesia, no nos hará exentos de la tribulaciones, pero nos hará fuerte ante ellas".