La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) expresó ayer su crítica a las recientes acusaciones del presidente del país, Evo Morales, que los responsabilizó por los recientes robos en templos católicos.
Refiriéndose a los robos de los últimos meses, Morales señaló que "todos los días en los periódicos se lee que de tal virgencita se llevaron las joyas, de tal santo se llevaron sus bienes. ¿Y quién maneja la llave de esa iglesia? Son los obispos y saben los obispos quién entra y quién sale, por tanto saben quién saca las joyas".
En un comunicado difundido ayer en conferencia de prensa, los Obispos de Bolivia lamentaron "profundamente las declaraciones inapropiadas del Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, quien acusó en la víspera a 'algunos Obispos' de ser los responsables de los robos en los templos de Potosí y Copacabana".
"Sus afirmaciones no contribuyen al curso de las investigaciones porque adelantan conclusiones insostenibles, confunden a la opinión pública y no aportan ningún elemento serio a las diligencias que deben cumplir los especialistas".
Los Obispos subrayaron además que la acusación hecha por el presidente boliviano "carece del mínimo fundamento y ocasiona un enorme daño a la imagen de la Iglesia católica en Bolivia y el mundo, al provenir de la primera autoridad política del país".
El comunicado de la CEB indicó que estos robos, "que hemos sufrido como Iglesia y como sociedad boliviana, ya que el patrimonio es bien común, se inscriben en la espiral de inseguridad ciudadana y delincuencia que sufre cada vez más la ciudadanía y que debía ser la preocupación real de las autoridades".
Por ello, los Prelados reiteraron su pedido "a las instancias correspondientes de intensificar las investigaciones para dar con los autores y recuperar los objetos sustraídos, que constituyen un valioso patrimonio religioso, histórico y cultural de los bolivianos".
Los Obispos también se refirieron a la detención de un sacerdote en Potosí y seis personas en Copacabana, entre ellos tres religiosos franciscanos, acusados todos ellos de haber participado en robos a templos católicos.
"Expresamos nuestra solidaridad con la Diócesis de Potosí y la comunidad de padres franciscanos, deseando que no se trate de medidas precipitadas o resultado de presiones de diferente índole", señalaron, apelando "a la presunción de inocencia, esperando el desarrollo justo e imparcial de las investigaciones para satisfacción de la comunidad local y nacional".
"Que nuestra Madre, la Virgen María de Copacabana, nos conserve a todos serenos, buscando la verdad y la justicia, y con la mejor predisposición de entrega y servicio al bien común de los bolivianos", concluyó el mensaje.