La Presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), ofreció este miércoles facilitar el diálogo entre la oposición liderada por Henrique Capriles y el Gobierno de Nicolás Maduro para frenar la violencia que golpea el país, e indicó que una auditoría de los votos reforzaría la autoridad moral del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En un comunicado difundido este miércoles, los obispos reiteraron su llamado a la convivencia pacífica y a la reconciliación, que exige reconocerse mutuamente "como conciudadanos en igualdad de derechos, y recuperemos la capacidad de diálogo y encuentro, superando lo que nos divide".
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"En este sentido, el diálogo entre los dirigentes de las partes en conflicto es un compromiso imprescindible y urgente. La Conferencia Episcopal Venezolana con la única intención de servir a todo el pueblo se ofrece para facilitar este diálogo", expresaron.
Los obispos señalaron que la participación en las elecciones del 14 de abril muestra la voluntad de los venezolanos de mantener vigente el sistema democrático. Sin embargo, el estrecho margen entre los votos de uno y otro candidato manifiestan "la aguda polarización política que afecta a la sociedad venezolana".
"La paz social y política del país reclama el recíproco reconocimiento de estos dos sectores mayoritarios del pueblo venezolano, pues el desconocimiento mutuo hará inviable tanto los planes del Gobierno como los aportes alternativos de la otra parte", advirtió.
Asimismo, se refirieron al pedido de la oposición para que el CNE permita una auditoría del cien por ciento de los votos. "Esta solicitud que, en principio, fue aceptada públicamente por el Presidente Electo, no desconoce la labor del CNE. Por el contrario, reforzaría su autoridad moral y daría tranquilidad a la población", afirmó la CEV.
En su comunicado, los obispos también exhortaron a los líderes políticos y sociales "desterrar el lenguaje ofensivo, denigrante e incendiario" y evitar los enfrentamientos callejeros que pueden traer más violencia y muerte.
En ese sentido, recordaron que "la protesta justa y pacífica es un derecho civil que no puede ser conculcado ni reprimido" y exigieron una investigación que aclare la violencia del 15 de abril que culminó con siete muertos.
"Todos los cristianos estamos obligados a ponernos de parte de los más débiles, a perdonar sin reservas y a luchar para que prevalezca la unión sobre la división, el amor sobre el odio, la paz sobre la violencia y la vida sobre la muerte", indicaron.
Finalmente, los obispos aseguraron sus oraciones por Venezuela y pusieron al país "bajo la protección de Cristo Resucitado y de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Lo bendecimos de corazón".