Al celebrar esta mañana la Misa cotidiana el Domus Santa Marta junto a los trabajadores del Vaticano, el Papa Francisco recordó que los cristianos deben asumir las consecuencias del su Bautismo y anunciar a Cristo porque sin este compromiso la Iglesia deja de ser madre.
Cuando dejamos de anunciar a Cristo "la Iglesia deja de ser madre, se convierte en una niñera, que cuida de los niños para hacer que se duerman. Es una Iglesia en estado latente", así que "pensemos en nuestro bautismo, en la responsabilidad de nuestro bautismo", explicó.
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El Santo Padre recordó que "ser cristiano no es estudiar una carrera para convertirse en un abogado o en un médico cristiano, no. Ser cristiano es un don que nos hace ir adelante con el poder del Espíritu de anunciar a Jesucristo".
"Hay una gran responsabilidad para nosotros los bautizados: anunciar a Cristo, llevar adelante la Iglesia, esta maternidad fecunda de la Iglesia", insistió el Papa.
"A veces pensamos: 'No, pero si yo soy cristiano. Fui bautizado, hice la confirmación, la primera comunión... el carnet de identidad y listo'. Y ahora, a dormir tranquilamente, eres un cristiano. Pero… ¿Dónde está el poder del Espíritu que te lleva a caminar?", cuestionó.
"Hace falta ser fieles al Espíritu para anunciar a Jesús con nuestra vida, con nuestro testimonio y con nuestras palabras".
El Pontífice recordó las persecuciones en Japón en el siglo 17, cuando los misioneros católicos fueron expulsados y las comunidades cristianas se mantuvieron por 200 años sin sacerdotes. A su regreso, los misioneros, encontraron "todas las comunidades en su lugar, todos los bautizados, catequizados todos, todos se casaron en la Iglesia", y eso "gracias al trabajo de los bautizados".
Durante la persecución de los primeros cristianos –recordó el Papa-, María "oraba mucho", y alentó a los bautizados para seguir adelante con valentía pese a la violenta persecución que estalló tras el martirio de San Esteban.
"Esto es un poco el estilo de vida de la Iglesia: entre la paz de la caridad y la persecución". Es lo que ocurre siempre en la historia "porque es el estilo de Jesús", dijo.
Con la persecución, muchos fieles huyeron y se quedaron solos en el anuncio del Evangelio, sin sacerdotes, abandonaron su casa, no tenían nada, estaban en peligro, pero caminaron de lugar en lugar, anunciando la Palabra.
"Llevaban con ellos la riqueza que tenían: la fe. La riqueza que el Señor les había dado... Pero tenían el valor de caminar y anunciar. ¡Y les creían! ¡Y hacían milagros!", exclamó Francisco.
"Estos primeros cristianos, que sólo tenían el poder del bautismo, que les dio la valentía apostólica, la fuerza del Espíritu, me hace pensar en nosotros, bautizados. Y me pregunto si tenemos esta fuerza y pienso: ¿Pero realmente creemos que con el bautismo basta, que es suficiente para evangelizar?".
"Pidamos al Señor la gracia de ser bautizados valientes y confiados del Espíritu que tenemos en nosotros, recibido del bautismo, que siempre nos anima a proclamar a Jesucristo en nuestra vida, a través de nuestro testimonio y también con nuestras palabras", concluyó.