El Cardenal Antonio Cañizares, que ha intervenido este viernes en el Foro Nuevo Murcia, opina que lo que necesita la Iglesia es una conversión en todos sus miembros, "una gran reforma que es inseparable de la conversión personal", unido al impulso de una nueva evangelización "para que la gente se convierta y crea" porque "no da lo mismo creer o no creer", así como para que "haya una humanidad libre y de esperanza".
Al hilo, ha recordado el documento de la Conferencia Episcopal Española de 1991 donde se indica que "la verdad os hará libres" o un cíclico del Papa Juan Pablo II, para señalar que "no podemos vivir como si Dios no existiera, donde el hombre verdaderamente no cuenta" y sí el lucro.
Frente al aborto y la familia, el cardenal ha defendido el matrimonio entre un hombre y una mujer, así como el derecho a la vida, "solo Dios tiene ese derecho".
El purpurado, que ha indicado que antes de hablar del Concilio Vaticano III "hay que profundizar en el segundo", ha manifestado que, tras la elección del Papa Francisco I, puede dar la sensación de que la humildad es algo nuevo y que no se daba anteriormente, algo que ha negado tajantemente. Y es que el nuevo Sumo Pontífice ha adoptado un programa "de continuidad" con respecto a su predecesor, Benedicto XVI.
"Hemos de ver el Pontificado de Francisco como una continuidad en el designio de Dios", ha insistido el Cardenal Cañizares, quien cree que la función del nuevo Papa es "reconstruir la Iglesia con el impulso que sólo puede dar la identificación con Dios, una Iglesia que vive las bienaventuranzas pobre, sencilla, humilde; que sea servidora de los hombres, no de ningún poder".
NIEGA QUE BENEDICTO XVI RENUNCIARA POR PRESIÓN
El Cardenal Cañizares ha destacado que Benedicto XVI tomó la decisión de su renuncia "tras examinar su conciencia ante de Dios, ya que había llegado a la certeza de que no se sentía con fuerzas de ejercer su ministerio". Así, ha descartado que su renuncia se viera motivada por la presión pública ni de ningún poder.
Ha remarcado que Benedicto XVI, "con lo que ha sido", ahora vive "en la soledad, sin ningún aplauso, olvidado por parte de algunos y, lo que es peor, contrastado por algunos con su sucesor, como si lo de ahora fuera lo acertado y lo anterior equivocado".
Pues bien, el Cardenal Cañizares ha defendido que Benedicto XVI es "testimonio de Jesucristo, que se despoja enteramente de sí y se rebaja hasta lo último", y ha señalado que la novedad del Papa Francisco es que "habla de humildad y de cruz".
En este sentido, ha subrayado que el cónclave de la elección del nuevo Papa "ha roto todos los esquemas" y "ninguno de los cardenales con más posibilidades de ser Papa ha sido elegido", algo que no alcanzaron a prever "ni vaticanistas ni la gente de la Iglesia. Todos fallamos", ha admitido. En cualquier caso, ha remarcado que Francisco I es, "sencillamente, el elegido por Dios conforme a su corazón".
Al elegir su nombre, ha afirmado, el nuevo Papa ha tenido en cuenta a Francisco de Asís, que "es pobre y amigo de los pobres, que sigue a Jesús despojándose de todo y con la cruz". Su intención, según el Cardenal Cañizares, es dar a entender que los pobres "son también evangelizados y que la mayor de las pobrezas es no tener a Dios".
Por último, el Cardenal ha destacado que el sacerdote "no es funcionario sino un pastor que da la vida por las ovejas", en eso estoy, ha declarado, "mi futuro no lo sé, está en manos de Dios".