El diputado Gerardo Amarilla advirtió que con la aprobación del "matrimonio igualitario" ocurrido ayer en la Cámara de Diputados se ha desnaturalizado la protección de la familia, además criticó que el Parlamento amaneciera con una bandera del colectivo gay, pues va contra el carácter laico del Estado uruguayo.
Ayer miércoles la Cámara de Diputados ratificó la ley de matrimonio igualitario –aprobada previamente por el Senado-, con 71 votos a favor y 21 en contra. La ley entrará en vigencia en 90 días y convertirá a Uruguay en el décimo segundo país en el mundo y el segundo en América Latina en aceptar la unión de personas del mismo sexo.
En declaraciones a ACI Prensa hoy jueves, el diputado advirtió la crisis en que se encuentra la sociedad e indicó que "lo que ha pasado (demuestra que) lamentablemente el Estado se ha preocupado poco en fortalecer y fomentar a la familia". "A partir de ahora se ampara nuevas formas de agrupación, todo bajo un mismo término de familia y matrimonio", expresó.
El diputado descartó que se vaya a recurrir a un referéndum para revertir esta ley, ya que esta figura está siendo trabajada para convocar a un plebiscito y anular la ley que despenalizó el aborto el año pasado. "Si bien el recurso (del referéndum) está presente en la constitución, no veo ambiente en la sociedad uruguaya de que nos embarquemos en otro", explicó.
Sin embargo, remarcó que la aprobación del matrimonio igualitario y la despenalización del aborto exigen que los temas de familia y vida sean abordados por los candidatos que participarán en las elecciones de 2014 y así la población sea consciente de aquello que "puede afectarla directamente a la hora de dar su voto".
La decisión de la Cámara de Diputados se da luego que se difundiera la opinión de varios expertos de las Universidades de Princeton y Harvard en Estados Unidos, quienes alertan sobre los peligros de legalizar las uniones homosexuales.
Bandera gay
Durante el diálogo con ACI Prensa, el legislador también criticó que un balcón del Parlamento amaneciera con una bandera del colectivo gay.
Indicó que esto "desnaturaliza esa laicidad que debería reinar en los edificios públicos. Si pusiéramos una cruz u otro símbolo partidario en un balcón, seríamos seguramente cuestionados y condenados por la opinión pública, por la prensa y por las autoridades", expresó.