El Papa Francisco escribió una carta al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (Argentina), Mauricio Macri, para agradecerle la misiva que le envió cuando fue elegido Pontífice, y afirmó que pide a Cristo que ilumine a todos los porteños para que puedan construir una ciudad más fraterna donde nadie se sienta postergado.
La carta tiene fecha 16 de marzo y fue dada a conocer a la agencia AICA por parte de la Dirección General de Cultos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En la misiva el Santo Padre recuerda los años que pasó "visitando y evangelizando los hogares, las calles, las villas y los barrios de esa populosa ciudad, sobre todo las visitas que hice a los hospitales y a las cárceles para encontrar a los que más sufren".
El texto completo de la carta es el siguiente:
"Señor Ingeniero Mauricio Macri: He recibido gustoso la amable carta que, con ocasión de mi elección a la Sede de San Pedro, ha tenido a bien enviarme, en nombre propio y del pueblo de la querida Ciudad de Buenos Aires, y en la que me recuerdan que rezan por mí.
Sus palabras me han traído a la memoria un sinfín de nombres, el rostro de no pocos niños y ancianos, las ilusiones de tantos jóvenes y matrimonios, las preocupaciones de los trabajadores y sus familias, así como las esperanzas y las penas de las personas sencillas y humildes, muchas de ellas pobres y desfavorecidas, olvidadas a menudo al costado del camino.
No podré olvidar aquellos años que pasé recorriendo y evangelizando los hogares, las calles, las villas y los barrios de esa populosa ciudad, sobre todo las visitas que hice a los hospitales y a las cárceles para encontrar a los que más sufren.
Correspondo a esta delicada atención, pidiendo al Señor que ilumine y acompañe con su gracia a todos los porteños, de modo que con el auxilio divino puedan ver cumplidas sus más nobles aspiraciones, y cooperen, todos unidos, en la construcción de una sociedad cada vez más fraterna, en la que nadie se sienta extraño o postergado.
Con estos sentimientos, y a la vez que ruego sigan encomendándome a la materna protección de Nuestra Señora de Luján, imparto con afecto la Bendición Apostólica, prenda de abundante dones celestiales.
Francisco".