Con 23 de 31 votos posibles, el Senado de Uruguay aprobó la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo y regula las condiciones para que adopten menores. Ahora el proyecto pasa a diputados para su ratificación o rechazo. El proyecto vuelve a la Cámara Baja, que aunque ya lo aprobó en diciembre de 2012, regresa allí porque el Senado le hizo algunas modificaciones.
Los senadores del Frente Amplio, el partido del gobierno de José Mujica, –que también promovió fuertemente el aborto a pedido que ya ha sido despenalizado, pese a que una gran mayoría de médicos se opone a realizar este procedimiento– apoyaron todos el proyecto; mientras que el Partido Nacional y el Partido Colorado dieron libertad de acción a sus miembros.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"¿El Estado va a meterse en nuestros dormitorios? Acá hay un tema profundo de libertades. No debería haber prohibición ni de raza ni de edad ni de sexo", dijo el senador oficialista Rafael Michelini, según señala la agencia Reuters.
El texto aprobado por los senadores señala que "el matrimonio civil es la unión permanente, con arreglo a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo" y modifica varias normas del Código Civil para igualar al matrimonio natural con el que contraigan personas del mismo sexo.
Se prevé que los diputados votarán este texto la próxima semana.
El domingo y en su homilía de la Misa de Resurrección, el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno, pidió a los legisladores católicos que actúen "a conciencia" y que rechacen el proyecto en cuestión.
"Si eres católico diputado, un católico senador, tienes que actuar en conciencia de acuerdo con este testimonio de Cristo resucitado", señaló el Prelado.
El pasado 27 de marzo el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, exhortó al Senado a no destruir a la familia con la aprobación del llamado "matrimonio igualitario", pues con eso se pretende equiparar las uniones homosexuales al verdadero matrimonio entre varón y mujer, que es la base de las familias y la sociedad.
"¿Por qué relativizar y desvalorizar una institución, hoy tan golpeada como la familia, introduciéndole profundas modificaciones que van a confundir más que aclarar?", cuestionó.
"Demos a las uniones homosexuales un nombre distinto, por ejemplo compañeros permanentes (…) ¿Por qué no respetar esa lógica elemental que aprendemos desde nuestros primeros balbuceos, de llamar a cada cosa por su nombre, en lugar de implantar 'a la prepo' la lógica de Babel?", cuestionó.
La decisión del Senado de Uruguay se da luego que se difundiera la opinión de varios expertos de las Universidades de Princeton y Harvard en Estados Unidos, quienes alertan sobre los peligros de legalizar las uniones homosexuales.