Numerosos fieles se congregaron el sábado en las calles del barrio de Flores, donde el ahora Papa Francisco abrazó la vocación sacerdotal, para participar de la Misa por el Domingo de Ramos presidida por el Administrador Arquidiocesano, Mons. Joaquín Sucunza.
La celebración con que los argentinos anticiparon la Semana Santa fue celebrada frente a la basílica de San José de Flores, donde Mons. Sucunza llamó a "reencontrarse con Jesús" y a vivir "hondamente" la Semana Santa que, subrayó, es "fundante" y una invitación para un "más profundo encuentro con Dios".
Asimismo, instó a "poner, como nos decía nuestro ahora Papa, toda la carne al asador, ponernos en serio en un camino nuevo".
El Prelado también reconoció que el tiempo de Cuaresma fue especial por la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, "que nos dio una sorpresa" aquel 11 de febrero, y por lo que "nos produjo la elección del Papa".
"Estas ramas de olivo son para el altarcito de cada casa, para que nos recuerde todo el año la entrada de Jesús en nuestro corazón, en nuestras casas, en nuestras familias", indicó a los fieles.
Asimismo, exhortó a los argentinos a reflexionar sobre si llevaron adelante la conversión a la que invita la Cuaresma, porque "nadie mejora si no se revisa, porque lo que no se revisa se repite y lo que se repite se degrada".
Al final de la Misa, el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Eduardo García, afirmó que la Iglesia local seguirá siendo misionera y "profundamente enamorada de Jesús".