Charles Bolden, administrador de la NASA en Estados Unidos, aseguró que ningún país podría hacer nada si es que un gran asteroide se acercase a la tierra por lo que ante una situación de este tipo, dijo, solo quedaría "rezar".
Aunque en cientos de años no ha habido grandes asteroides en dirección a la tierra, Bolden dijo que rezar es lo único que se podría hacer ante una situación de ese tipo. Así lo indicó ayer en una audiencia ante legisladores del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes en Estados Unidos.
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El físico y profesor de la Universidad de Nueva York, Michio Kaku, indicó en declaraciones a la cadena estadounidense CBS que "en Rusia, si ese asteroide se hubiese mantenido intacto por algunos segundos más, habría golpeado el suelo con la fuerza de 20 bombas (atómicas) de Hiroshima".
En la audiencia de ayer, el Comandante de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el general William Shelton, reconoció que no tenían idea de que iba a caer un meteorito como el que cayó en Rusia.
La NASA ha hallado y está siguiendo al 95 por ciento de los objetos más grandes que están cercanos a la Tierra, si es que tienen un diámetro de 1 kilómetro o más. "Un asteroide de ese tamaño, un kilómetro o más, podría de forma plausible terminar con la civilización", dijo el asesor de ciencias de la Casa Blanca John Holdren en la misma audiencia.
Pero cerca de un 10 por ciento de un total estimado de 10 mil posibles asteroides "mata ciudades", aquellos con un diámetro de 50 metros, han sido hallados, agregó.
En promedio, objetos de ese tamaño caen sobre la Tierra una vez cada 1.000 años.
"A partir de la información que tenemos, no sabemos de un asteroide que vaya a amenazar a la población de Estados Unidos", dijo Bolden, "pero si eso ocurre en las próximas tres semanas, recen", concluyó.
Un asteroide que se estima habría tenido 17 metros de diámetro estalló el 15 de febrero sobre Cheliábinsk, Rusia, generando ondas de choque que rompieron ventanas y dañaron edificios. Más de 1.500 personas resultaron heridas.
Posteriormente ese día, informa Reuters, un asteroide más grande y no relacionado, que había sido descubierto el año anterior, pasó a unos 27 mil kilómetros de la Tierra, más cerca que los satélites de televisión y del clima que orbitan alrededor del planeta.