El Papa Francisco y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, han mantenido un muy cordial encuentro de unos 15 o 20 minutos y, posteriormente, almuerzan en la Casa de Santa Marta, según ha explicado el jefe de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi, que ha señalado que el Pontífice ha saludado a toda la delegación argentina.

Fernández ha viajado a Roma para asistir a la Misa de inicio del pontificado de su compatriota y hasta hace poco Arzobispo de Buenos Aires, que tendrá lugar este martes 19 de marzo. Se ha convertido así en el primer jefe de Estado que ha sido recibido por el Papa Francisco.

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El encuentro ha sido muy cordial y amable, y el Santo Padre agradeció vivamente el termo y el recipiente para el mate -bebida caliente tradicional argentina- que Fernández le obsequió y que el Papa agradeció muy amablemente con un beso en la mejilla de la presidenta.
 
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, deseó el pasado miércoles al nuevo Papa, el entonces Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, un "fructífero" desempeño ante "tan grande responsabilidad".
 
La mandataria argentina felicitó a su compatriota más de una hora después de que se conociese su nombramiento el pasado miércoles, cuando otros líderes sudamericanos y europeos ya habían transmitido su felicitación.
 
"En mi nombre, en el del Gobierno argentino y en representación del pueblo de nuestro país, quiero saludarlo y expresarle mis felicitaciones con ocasión de haberle resultado elegido como nuevo Romano Pontífice de la Iglesia Universal", declaró Fernández en un comunicado publicado en su cuenta oficial de la red social Twitter.
 
El encuentro de esta mañana ha tenido un carácter muy distinto al de las relaciones que tenían hasta ahora la mandataria y el Cardenal Bergoglio que ha sido un gran defensor de la vida y la familia, ante la agenda de los Kirchner a favor de la ideología de género, las uniones homosexuales y el aborto en el país.
 
En numerosas ocasiones el entonces Arzobispo de Buenos Aires elevó su voz de protesta en defensa de la doctrina católica y del ser humano, ante las iniciativas legislativas que el gobierno de los Kirchner ha impulsado y que atentan contra la vida, el matrimonio y la familia.