La tristeza embargó a los cardenales y obispos que participaron hoy en la última audiencia general del Papa Benedicto XVI, a un día de que oficialmente termine su Pontificado.
El Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, declaró a ACI Prensa después de la multitudinaria audiencia del Papa, que el ambiente entre los miembros de la Curia romana y el resto de Cardenales y Obispos, fue "de grandísimo respeto y de un cariño y amor muy grandes, pero también hubo una nota de tristeza, y fue como si se viese a una persona por última vez".
El último mensaje del Santo Padre apenó a Mons. Fisichella, porque "el Santo Padre habló de su sufrimiento en esta decisión (de renunciar al pontificado)", aunque por otro lado "tenemos la certeza de que el Señor está aquí con nosotros, y que el Santo Padre también con su renuncia está presente en medio de todos nosotros con su oración y con su presencia da a la Iglesia un testigo de fe y una esperanza muy grande", añadió.
La autoridad vaticana explicó que este último miércoles de audiencia junto al Papa "fue una gran experiencia de fe", en la que pudo divisar con claridad "una Iglesia viva que abraza al Santo Padre y le manifiesta su amor".
El dicasterio de Mons. Fisichella tiene a su cargo la celebración del Año de la Fe, una importante tarea encargada por el Papa Benedicto XVI, durante la cual, el Pontífice invitó a todos a acercarse un poco más a Dios y redescubrir el Concilio Ecuménico Vaticano II.
Mons. Fisichella consideró que cuando Benedicto XVI deje de ser el Pontífice de Roma, continuará guiando con su oración a la Iglesia y el Año de la Fe.
El Papa nos acompaña "antes que nada como testigo y con su enseñanza, porque su magisterio sobre la fe es muy grande y de una riqueza muy profunda. Creo también que con la oración, su presencia viva, y su silencio, nos hablará de la oración verdadera que debemos donar al Señor", concluyó.