La "Evangelización tiene la característica de una comunicación de persona a persona" expresó el presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, en la ponencia inaugural de la Asamblea de Delegados Diocesanos de Medios de Comunicación Social que se celebra en Madrid (España) del 18 al 20 de febrero.
"La comunicación de la fe en el horizonte de la nueva evangelización" es el tema elegido por la Comisión Episcopal que preside el Obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, para el Encuentro de este año 2013 en el que se celebra el Año de la Fe.
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Monseñor Celli se refirió en su alocución a que el uso de los nuevos medios ayuda mucho a los "esfuerzos de comunicar y dar a conocer la Buena Nueva". Sin embargo consideró necesario que la reflexión sobre este tema no debe "permanecer sólo en el plano técnico o en un nivel meramente instrumental".
"No es suficiente preguntarnos cómo podemos usar estos medios para evangelizar; sino que debemos aceptar los cambios y las transformaciones radicales provocados por las nuevas tecnologías en nuestra forma de vivir y que han originado un nuevo ambiente comunicativo", señaló.
Citando el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicación 2013, Mons. Celli expresó que "la cultura de las redes sociales y los cambios en las formas y los estilos de la comunicación suponen todo un desafío para quienes desean hablar de verdad y de valores. A menudo, como sucede también con otros medios de comunicación social, el significado y la eficacia de las diferentes formas de expresión parecen determinados más por su popularidad que por su importancia y validez intrínsecas".
Agregó que la "revolución de las tecnologías de la información y comunicación no debe ser entendida sólo en términos instrumentales: no se trata simplemente de una cuestión de comunicación y mejor intercambio de información en términos de volumen, velocidad, eficiencia y accesibilidad, sino más bien de que somos testigos de los profundos cambios de la manera en la que las personas utilizan estas tecnologías para comunicar, aprender, interactuar y relacionarse: estamos viviendo un cambio de paradigma en la cultura de la comunicación".
Mons. Celli enfatizó que "en la actualidad el espacio digital es una realidad en la que viven muchas personas", pero que no se debe "pensar que lo 'virtual' sea un espacio menos importante que el mundo físico. Si la Iglesia no está presente en este espacio, la Buena Nueva no será proclamada 'digitalmente', con el riesgo de abandonar a muchas personas para las cuales éste es el espacio donde ellos 'viven': se enteran de las noticias y se informan; forman y expresan sus opiniones; se preguntan y debaten".
Destacó también que "los medios católicos han respondido positivamente a este desafío y que los operadores de los medios tradicionales han realizado un buen trabajo desarrollando una presencia consistente en el ambiente digital y logrando la necesaria convergencia para tener sus contenidos presentes en la Red".
Insistió en que esta nueva cultura exige también utilizar los nuevos lenguajes "no tanto para estar al paso con los tiempos, sino precisamente para permitir que la infinita riqueza del Evangelio encuentre formas de expresión que puedan alcanzar las mentes y los corazones de todos".
"En el ambiente digital, la palabra escrita se encuentra con frecuencia acompañada de imágenes y sonidos. Una comunicación eficaz, como las parábolas de Jesús, ha de estimular la imaginación y la sensibilidad afectiva de aquellos a quienes queremos invitar a un encuentro con el misterio del amor de Dios", conforme lo expresó el papa Benedicto XVI, en su Mensaje para la Jornada mundial de la Comunicación 2011.
Por ello, señaló que el "siguiente desafío es transformar también nuestro estilo de comunicación para que nuestra presencia digital sea eficaz. Estoy convencido de que una de las tareas más importantes de los medios católicos es ayudar a la Iglesia a encontrar un lenguaje apropiado para el ambiente de la comunicación creado por las nuevas tecnologías y las redes sociales".
"Esta tarea es aún más importante si pensamos que así seremos fieles al mandamiento de dialogar con aquellas personas que no son miembros de nuestra comunidad: con otros Cristianos, con miembros de otras religiones, con los no-creyentes y con los que viven alejados de la vida de fe porque se han separado de la Iglesia por varios motivos", agregó.