Aunque los médicos le propusieron abortar en varias oportunidades, la joven Jade Clarke, de la localidad de Barnsley en Yorkshire (Inglaterra), defendió la vida de su bebé y dio a luz al pequeño Riley en septiembre de 2011. El niño nació con diversos problemas de salud y estuvo internado en un hospital por casi año y medio luchando por vivir. Ha sido dado de alta e irá a casa con a sus padres.
"Los doctores me decían reiteradamente que Riley no viviría y debería considerar abortarlo, pero él es un ángel mandado de arriba, es mi primer hijo y sentí que debía tenerlo", expresó la joven madre de 22 años al diario Daily Mail el 15 de febrero.
Riley nació con el corazón en el lado equivocado de su cuerpo y los intestinos irregulares, por eso debió permanecer en el hospital varias semanas tras el parto. En diciembre del 2011 regresó al hospital donde permaneció internado hasta el miércoles 13 de febrero que fue dado de alta.
A Riley los médicos no le dieron mucha esperanza de vida, sin embargo el niño luchó por su vida por más de un año. Aún tiene problemas de salud como la dificultad para respirar por lo que se le debió hacer una traqueotomía. Lleva siempre por ello un tubo para mejorar su absorción de aire.
Además uno de sus riñones no se ha formado apropiadamente y está ubicado en el abdomen. Esto implica que cada 15 días debe ser llevado a un control porque podría dejar de funcionar en cualquier momento.
El padre del niño, Rikki (25), y Jade, trabajan a tiempo completo y buscan la manera de tener más momentos con el pequeño, porque a pesar de que les han dicho que Riley nunca caminaría, ahora necesita cuidado constante porque ya intenta gatear y ponerse de pie.
La joven madre dijo además que "Riley requiere estar siempre observado porque trata de jalarse los tubos (que le permiten respirar). Eso es un desafío, pero no hay otra forma".
Los padres celebran que su hijo haya sido dado de alta y que, pese a las dificultades, "es un niño muy feliz".