Yago de la Cierva, profesor de Comunicación de la Iglesia de la Santa Cruz de Roma y exdirector ejecutivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, y José Luis Restán, director editorial de la cadena COPE, expresaron ayer sus distintas perspectivas sobre el reciente anuncio de la renuncia del Papa Benedicto XVI al pontificado.
En una columna publicada en el diario español El Mundo, titulada “Una traición a la tradición”, De la Cierva aseguró que con su decisión, el Papa Benedicto XVI ha roto con la tradición “de manera neta, completa, radical”.
El catedrático español aseguró que “el único modo en que se consigue entrever qué puede pasar por la mente y el corazón del Papa es una crisis espiritual”.
De la Cierva aseguró que el Santo Padre “ha tomado una decisión que cambia el futuro del Papado para siempre: a partir de ahora, sus sucesores se verán presionados como nunca hasta ahora”.
Yago de la Cierva dijo que Benedicto XVI “ha roto con su predecesor, Juan Pablo II, que siguió a pesar de los pesares”.
“Y si ese ‘seguir hasta el final’ fue una de las manifestaciones más elocuentes de la santidad de Carol Wojtyla, ahora muchos fieles no comprenderán por qué su sucesor, en mucho mejor estado de salud que Juan Pablo II, entiende que su deber es renunciar”, dijo.
De acuerdo al exdirector de la JMJ Madrid 2011, el Santo Padre también ha roto “con el pensador al que Benedicto XVI más debe: San Agustín”.
“Uno de las principales aportaciones del santo de Hipona al cristianismo es la doctrina sobre la gracia. En polémica con Pelagio, que subrayaba la importancia de las fuerzas del hombre para hacer el bien, San Agustín destaca que lo más importante es la gracia, lo que hace Dios y no lo que hace el hombre”, señaló.
Para De la Cierva, “Benedicto, al renunciar por falta de fuerzas, da más peso a lo que pueda hacer un Papa que a lo que pueda hacer Dios a través de él”.
“Para algunos, ha tenido el coraje de romper con los precedentes: un tradicionalista contra la tradición. Para otros le ha faltado la coherencia hasta el final, y deja la tristeza que se aprecia cuando se escucha la noticia de un hombre de 85 años que se divorcia, porque ya no puede aportar nada a su matrimonio”, dijo.
En respuesta al polémico escrito de De la Cierva, el director editorial de la cadena COPE, José Luis Restán, publicó en su muro de la red social Facebook un artículo expresando “algo más que perplejidad: irritación y escándalo, por lo que se dice del Papa y por la firma que lo rubrica”.
“Algunos me habéis preguntado (como mínimo perplejos) por el artículo que firma hoy en El Mundo Yago de la Cierva, titulado ‘Traición a la Tradición’, escribió Restán, manifestando que “aunque no me apetece entrar en refriegas, creo que no es momento para silencios calculados y componendas”.
Restán aseguró que entiende “perfectamente que es muy saludable la diversidad de sensibilidades en la Iglesia, el propio Benedicto XVI lo acaba de decir a sus seminaristas”.
Sin embargo, para el director editorial de COPE, “esa diversidad se torna destructiva cuando implica decir del Papa ‘que ha traicionado’, cuando se sugiere que sufre una grave crisis espiritual, que abandona a su esposa, o que se apunta al credo pelagiano”.
“Esto además de disparatado me parece intolerable”, subrayó.
Restán respondió a De la Cierva que “difícilmente se puede traicionar la tradición cuando el Código de Derecho Canónico (expresión jurídica de la Tradición católica) contempla con toda normalidad la posibilidad de la renuncia del Papa”.
“Se puede opinar si es oportuno, si se equivoca o no. Hace falta tentarse la ropa, ¿eh? pero se puede opinar. Lo que es inadmisible es acusar de ‘traición’ al sucesor de Pedro por acogerse a una previsión de la ley de la Iglesia, que por otra parte ya ha sido utilizada anteriormente” indicó.
Para el periodista español, “es patético” decir que el Papa Benedicto XVI “sufre una crisis espiritual profunda cuando acabamos de escuchar con verdadera conmoción su Lectio Divina a los seminaristas de Roma o sus homilías de esta Navidad”.
“Resulta que este hombre ‘en crisis’ nos ayuda a vivir, ilumina nuestro camino, nos sostiene en la esperanza y nos confirma en la fe cada día”, dijo, y añadió que “como Pedro caerá y pecará (por eso pide perdón), pero su grandeza es estar siempre con los ojos fijos en Jesús”.
“Por eso le esperamos cada día cuando habla. ¡Menuda crisis!”, remarcó.
Restán aseguró que relacionar a Benedicto XVI con el pelagianismo, como lo hizo De la Cierva “raya la aurora boreal”.
“El mayor discípulo de San Agustín, el que nos lo ha hecho conocer y gustar, resulta que es ahora ‘pelagiano’, o sea, que confía más en sus fuerzas que en la gracia de Dios”, criticó.
El director editorial de COPE señaló que pareciera que Yago de la Cierva “no ha seguido jamás a Joseph Ratzinger, no lo ha leído, ni escuchado, ni visto”.
“El gesto de la renuncia implica la máxima confianza en la gracia de Dios: frente a quienes están asustados por el cambio, porque la barca se mueve, Benedicto XVI dice: quien guía la Iglesia, su verdadero Pastor, es el Espíritu Santo”, indicó.
En una respuesta publicada hoy por Religión en Libertad, titulada “La Tradición y las tradiciones” Yago de la Cierva señaló que “quien tiene boca se equivoca”, y lamentó que su artículo publicado en El Mundo haya “disgustado a algunos amigos, señal de que no supe explicarme con la finura necesaria para que personas que me conocen entendieran el mensaje”.
De la Cierva señaló que el título de su artículo fue cambiado de “Ruptura de la tradición” a “Traición a la tradición” por el diario El Mundo.
“En modo alguno he querido criticar la decisión del Papa, sino intentar explicar los motivos por los que pienso que ha tomado esa decisión”, aseguró.
El ex director ejecutivo de la JMJ Madrid 2011 manifestó que “si alguien se ha sentido ofendido por lo que he escrito, es señal de que no he sabido explicarme bien, y le ruego que acepte mis disculpas más sinceras”.
Para De la Cierva, “el meollo de la discusión está en entender la diferencia en la Iglesia católica, y para Benedicto XVI en particular, entre Tradición, con mayúscula, y las tradiciones”, y añadió que “romper las tradiciones no es malo, es… completamente nuevo. Y Benedicto XVI lo ha hecho, con plena conciencia de que lo hacía, y con plena seguridad de la bondad de esa decisión, tomada en la presencia de Dios”.