Fuentes eclesiásticas denunciaron el asesinato del sacerdote José Flores Preciado, de 83 años, que murió debido a los múltiples golpes que recibió la noche del 5 de febrero cuando un grupo de desconocidos ingresaron para asaltar la capilla Cristo Rey que el presbítero tenía a cargo en Jalisco (México).
En declaraciones a la prensa, el rector de la Catedral, P. Jesús Mendoza, dijo que al anciano sacerdote "lo golpearon para robarlo, la cara quedó desfigurada, todavía estaba con vida cuando lo trasladaron al Hospital Regional Universitario".
Indicó que el P. Flores había recibido amenazas. "El problema es que el padre ahí no tenía dinero. Yo pienso que eso exasperó a los asaltantes y entonces lo empezaron a golpear", indicó.
Según el P. Mendoza, en 2012 hubo siete extorsiones y un intento de secuestro contra sacerdotes de la Diócesis de Colima. Además, el lunes, tres sacerdotes fueron asaltados y secuestrados en Durango, pero escaparon ilesos cuando se volcó la camioneta en que viajaban.