La Cámara de los Comunes británica ha aprobado la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, en una votación que ha dividido a la bancada del gobernante Partido Conservador, donde la mayoría de los diputados han optado por el no pese al apoyo del primer ministro, David Cameron, a la iniciativa.
Según señala Europa Press, la norma, aprobada con 400 votos a favor y 175 en contra, plantea dar luz verde a las uniones homosexuales en Inglaterra y Gales a partir del año 2014, fecha a partir de la cual podrán celebrarse matrimonios de este tipo tanto en ceremonias civiles como en religiosas, aunque en este último caso depende de lo que decida cada una de las instituciones. Está excluida la Iglesia anglicana.
El texto depende todavía de una serie de trámites parlamentarios, incluida una votación en la Cámara de los Lores, pero la mayoría obtenida por la iniciativa este martes supone un respaldo frente a los debates que faltan y que podrían concluirse este año.
Los medios británicos han calculado que entre 139 y 140 diputados del Partido Conservador se han posicionado en contra y han cifrado en 132 el número de respaldos. Aunque técnicamente no supone desobedecer las directrices del partido, ya que se había dado libertad de voto, sí supone un reflejo del debate existente en las filas “tories”.
Cameron, lanzó un último alegato en favor del “matrimonio” homosexual, un "importante paso adelante" que hará "más fuerte" a la sociedad británica y fomentará la "igualdad" entre los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual, según las palabras del propio jefe de Gobierno, recogidas por la BBC.
La Cámara de los Comunes ha escuchado este martes opiniones a favor y en contra de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El diputado Roger Gale ha advertido que reescribir las normas que rigen estas uniones equivale a entrar "en el territorio de Alicia en el País de las Maravillas", mientras que su compañero de filas Edward Leigh ha defendido que el matrimonio es "por su naturaleza una unión heterosexual".
"No es una evolución, es una revolución", dijo.
A mediados de enero, más de mil sacerdotes ingleses firmaron una carta dirigida al periódico británico The Daily Telegraph, exhortando a los legisladores locales a "no tener miedo de rechazar" esta propuesta.
Entre los firmantes hay ocho obispos. La misiva señala que "no tiene sentido argumentar que los católicos y otras creencias pueden enseñar sobre el matrimonio en las escuelas y en otros lugares, si en otras instancias se defiende la postura contraria del mismo”. El matrimonio es el "fundamento y el pilar de nuestra sociedad", porque de ahí da lugar al "hogar, los niños y la vida familiar", recuerdan.
"Si se aprueba la ley para el “matrimonio” homosexual, habrían muchas consecuencias legales" advirtieron los sacerdotes, de la misma manera los abogados han advertido que si se aprueba la norma, las escuelas católicas podrían perder los fondos.
Los profesores corren el riesgo de ser disciplinados o despedidos por negarse a promover el “matrimonio” del mismo sexo, además los capellanes de los hospitales, de las prisiones y las bases militares podrían enfrentarse a represalias legales.
Los sacerdotes señalan que la "complementariedad natural" de los sexos masculino y femenino conduce al matrimonio a una "asociación permanente" entre un hombre y una mujer.
El Obispo de la diócesis de Portsmouth, Monseñor Philip A. Egan firmó la carta y le dijo a The Telegraph que en el texto se utiliza "lenguaje claro".
De aprobarse esta norma, precisó, “la enseñanza en nuestras escuelas católicas o dar testimonio de la fe cristiana de lo que el matrimonio significa, no lo vamos a poder hacer porque podríamos ser arrestados por intolerantes u homofóbicos".