Una réplica de la famosa imagen de la Virgen venerada en el santuario de Jasna Gora, en Polonia, recorre en estos días España en una peregrinación por la vida y la familia, que tendrá un total de 18 mil kilómetros y que al finalizar habrá pasado por 23 países.
Una de las primeras paradas fueron las zonas afectadas por terremoto en Murcia.
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Se trata de una iniciativa denominada "De océano a océano" que comenzó en septiembre pasado en Vladivostok, en la parte más oriental de Rusia frente al océano Pacífico y que pretende hasta llegar al Santuario de Fátima frente al océano Atlántico para rezar especialmente por la familia y la vida.
Los organizadores de "De océano a océano" buscan "que sean cada vez más numerosas las personas que descubran y defiendan la dignidad del ser humano desde su concepción hasta su término natural".
Desde el 15 de diciembre el icono de la Virgen está en España y visita más de 25 diócesis. En su paso por la región de Murcia, fue especial la parada que realizó en los pueblos de Vera Cruz y Lorca, afectados por un terremoto de 5,1 grados de intensidad en mayo de 2011 que dejó 9 víctimas mortales y 324 heridos, además de innumerables daños materiales.
En estas dos localidades murcianas se celebraron dos Misas, además del rezo del Santo Rosario y una ceremonia de adoración eucarística.
En Murcia capital el icono de la Virgen también pasó por el Convento de clausura de las monjas Clarisas que rezaron el Rosario. El convento de las Clarisas es uno de los edificios de mayor valor arquitectónico de la ciudad, ya que está construido sobre un antiguo palacio árabe.
Del 7 al 14 de febrero está previsto que visite Madrid, donde se realizarán vigilas de oración por defensa de la vida humana. Según los organizadores, esta peregrinación tiene la finalidad de "consagrar la civilización del Amor y de la vida a Nuestra Señora". En Rusia este icono representa a quienes desean una restauración de los valores familiares.
El icono de la Virgen de Czestochowa es uno de los más venerados en Polonia, representa a la Virgen María con el Niño en brazos. A lo largo de la historia ha sufrido varios atentados que le han dejado marcas en el rostro y cuello de la imagen.
El icono original fue destruido y sobre sus restos se colocó el actual. Se trata de una imagen de la Virgen a la que el Beato Juan Pablo II tenía especial devoción y de la que tenía una copia en su Apartamento Papal en el Vaticano.