El Papa Benedicto XVI elevó sus oraciones y expresó su profunda consternación y su solidaridad para con los amigos y familiares de las 231 personas que fallecieron y los más de 200 heridos tras un incendio el fin de semana en una discoteca en la ciudad de Santa María, estado de Rio Grande do Sul, en Brasil.
A través de su Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, el Santo Padre expresó su cercanía también con los 116 jóvenes que aún se encuentran hospitalizados.
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El incendió se produjo luego que la banda de músicos que tocaba en la discoteca Kiss encendiera unas bengalas cuyas chispas alcanzaron el techo del local, altamente inflamable y el fuego arrasara con el local al que asistían cientos de muchachos, en su mayoría universitarios entre 18 y 23 años de edad.
El telegrama fue enviado a Mons. Hélio Adelar Rubert, Arzobispo de Santa María. La mayoría de las víctimas murieron por asfixia e intoxicación por el humo.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, visitó el centro deportivo municipal de Santa Maria donde estaban siendo identificados los cuerpos y decretó tres días de luto oficial.
El texto enviado desde el Vaticano señala que "consternado por la trágica muerte de cientos de jóvenes en un incendio en Santa María, el Sumo Pontífice pide a vuestra excelencia que transmita a las familias de las víctimas su condolencias y su solidaridad con el dolor de todos cuantos los lloran".
"Al confiar a Dios, Padre de misericordia, a los fallecidos el Santo Padre ruega por el consuelo y restablecimiento para los heridos, así como por el coraje y el consuelo de la esperanza cristiana para todos los afectados por la tragedia. Envía su bendición apostólica a cuantos sufren y a cuantos les prestan ayuda", concluye.