El Obispo copto católico de Alejandría (Egipto), Mons. Youhanna Golta, advirtió que existe un proyecto de los Hermanos Musulmanes y los salafistas para convertir al país en un estado islámico a través del proyecto de la nueva Constitución.
En declaraciones recogidas por la agencia Fides, el Prelado recordó que el trabajo para redactar la nueva Constitución y en el que participaban diversos sectores “comenzó bien, pero a un cierto punto se hizo evidente que los Hermanos Musulmanes y los salafistas querían imponer una Constitución islámica. Discutimos con sus líderes, pero no escuchaban razones. Nos dimos cuenta de que nuestra función era sólo decorativa, y nos fuimos”.
Posteriormente se retiraron los representantes de otras confesiones cristianas. “Para dialogar se necesita a alguien que sepa escuchar los argumentos de otras personas”, indicó.
Dijo que este ambiente provocó que incluso “el Partido 'Egipto Fuerte', fundado por un antiguo exponente y ex-miembro de los Hermanos Musulmanes, Abdel Moneim Abul Fotouh” se retirara del diálogo nacional. “Nosotros nos mantenemos en contacto con los representantes de la Universidad de Al-Azhar. Sólo una minoría del pueblo ha apoyado con su voto el referéndum sobre la entrada en vigor de la nueva Constitución”, explicó.
“Egipto no es Mali. Se encuentra en la encrucijada de Europa, Asia y África. Vivimos más de diez millones de cristianos. La economía se basa en el turismo y el comercio. Por eso no se puede aceptar el que se convierta en un país islámico”, indicó.
Sin embargo, Mons. Golta denunció que “existen estrategias internacionales que proyectan una división de Egipto. Y quién pagaría el pecio sería la población. Yo amo a mis hermanos y hermanas musulmanes. He realizado mis estudios y mi doctorado sobre la cultura islámica. Pero para todos nosotros, la apuesta está abierta y se trata entre si se caminará hacia un país fanático o hacia un país civil”.
“Quién quiere ser religioso, no puede pretender obligar por ley a la gente a orar, a no beber alcohol y a seguir todas las prácticas relacionadas con su religión. En los países árabes, sólo si se separan la religión y la política se podrá tener democracia”, afirmó.