El Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, Cardenal Antonio Maria Vegliò, se refirió a la dramática situación que está viviendo Siria y manifestó que se puede apreciar, entre otras cosas, por el aumento del número de personas que huyen del país en busca de refugio.
"En mayo de 2012, los refugiados eran 70.000 y al final del año, 525.000. En Siria hay 4 millones de personas que necesitan asistencia. Las expectativas para el futuro inmediato no son positivas", señaló el Purpurado en una entrevista con el diario vataicano L’Osservatore Romano.
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En ocasión de la Jornada Mundial del Migrante que la Iglesia celebró el domingo 13 de enero, el Cardenal Vegliò dijo que "desgraciadamente, se prevé que se duplique el número de refugiados, que serán alrededor de un millón a mediados de este año".
"Es por ello que las diferentes agencias de las Naciones Unidas lanzaron un llamado para un nuevo financiamiento conjunto de mil millones de dólares, para cubrir las exigencias para el cuidado y la protección del millón de refugiados previstos para los próximos seis meses en Siria", indicó.
Los países vecinos, expresó, "todavía demuestran hospitalidad y permiten el acceso a los refugiados sirios al territorio, pero los números son inmensos. A comienzos de este año, los datos oficiales indican 175.000 refugiados en Jordania, 185.000 en el Líbano, 150.000 en Turquía, 70.000 en Irak y 13.000 en Egipto, aunque probablemente los números reales sean mucho más elevados".
El Cardenal explicó que "el financiamiento para los últimos seis meses fue de alrededor del 52 % del dinero solicitado. Esto significa que los países europeos deben asumir sus responsabilidades. Firmaron la Convención sobre los refugiados de 1951, que implica el ofrecimiento de solidaridad y de recursos financieros, y también la apertura de las fronteras del país a todos los que busquen asilo".
Hablando a nivel general sobre el tema de las migraciones, el Cardenal Vegliò dijo que "el cierre de las fronteras no es una respuesta a la inmigración clandestina, porque favorece el contrabando y el tráfico de personas".