El director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el jesuita argentino José Gabriel Funes, escribió en un artículo para el diario L’Osservatore Romano que el mundo no se acabará el 21 de diciembre de este año tal y como asegura una publicitada profecía de los mayas.
Según esta "profecía", el mundo debe terminar con la alineación de los planetas y del sol con el centro de la Vía Láctea y la inversión de los polos magnéticos del campo terrestre. El P. Funes considera que actualmente "la base científica de esas afirmaciones es obviamente falsa".
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El sacerdote jesuita afirma que conoce bien la cultura maya y se toma con humor que el hecho de que pudiera terminar el mundo. En el año 2003 visitó las ruinas del centro maya de Copán -donde se advierte el asombroso avance astronómico de esta civilización-. Entonces, el experto enseñaba en la Universidad de Tegucigalpa (Honduras) un curso de astronomía extragaláctica, "que no se trata de un estudio de los jugadores del Real Madrid, sino de las galaxias", bromea.
Refirió que Google ofrece más de 40 millones de resultados sobre la temática maya y los científicos de hoy día encuentran un impresionante avance sobre el conocimiento de los astros entre los maya, pero eso no significa que sus teorías fueran perfectas.
Los mayas medían el tiempo de manera cíclica y estaban interesados en encontrar un diseño repetitivo del cosmos que pudiera darse en el futuro, de manera que su astronomía se desarrollaba en base a la política y la religión con la obsesión de los ciclos temporales.
En este sentido señaló que aunque puede ser fascinante el estudio de la astronomía maya, el universo se creó hace 14 billones de años y según los datos actuales se sabe que se encuentra en expansión continua.
Para el jesuita, el universo y la historia tienen sentido y en el interior del ser humano está la convicción fundamental de que la muerte no puede tener la última palabra.
"La cosmología nos muestra que el universo va hacia un estado final de frío y de oscuridad; el mensaje cristiano nos enseña en cambio que en la resurrección final, el último día, Dios reconstituirá a cada hombre y cada mujer y a todo el universo", concluyó.