El Presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional de Colombia, Mons. Libardo Ramírez Gómez, saludó que el P. Alfonso Llano se haya rectificado de sus afirmaciones heréticas sobre la virginidad de María y advirtió que si no lo hubiera hecho, le esperaban sanciones canónicas.
El pasado 25 de noviembre, el sacerdote jesuita Alfonso Llano escribió una columna de opinión en el diario colombiano El Tiempo, titulada “La Infancia de Jesús”, en la que negaba la virginidad de María, y aseguraba que Jesús tuvo hermanos. Tras las correcciones de algunos Obispos, el P. Llano se rectificó el 09 de diciembre.
Tras la polémica y desde Roma, el Prepósito General de la Compañía de Jesús, P. Alfonso Nicolás, le ordenó dar “por terminada su vocación apostólica de escritor, lo priva de su libertad de palabra y le exige que no se despida y que guarde absoluto silencio”.
En declaraciones a ACI Prensa el 10 de diciembre, Mons. Libardo Ramírez Gómez, señaló que si el P. Llano “hubiera perseverado en decir ‘me ratifico, sostengo lo que dice el artículo’, necesariamente hubiera sido necesario que el Arzobispo de Bogotá y el Superior (de los jesuitas) de Bogotá hubieran puesto la pena de suspensión del ejercicio del ministerio sacerdotal”.
“Yo creo que aquí, el superior (de los jesuitas) de Colombia, por lo que conozco yo, el Padre (Francisco) De Roux, no hubiera impuesto ninguna sanción. En ese caso le hubiera tocado hacerlo al Cardenal (Rubén Salazar). Pero ya llegó esa voz del Superior General, afortunadamente, para no meter directamente al Cardenal acá”, indicó.
El Presidente del Tribunal Eclesiástico señaló que “el P. Llano en su columna del 25 de noviembre expresó algo que él ha venido diciendo, y lo dijo en un libro que publicó hace unos 4 años, en 2008. En ese libro no decía que la concepción de Jesucristo no hubiera sido virginal, pero sí que Jesús había tenido hermanos”.
El también Obispo Emérito de Garzón remarcó que si no hubiera sido por su reciente “mea culpa”, sobre el P. Llano se hubiera producido “una aplicación de penas canónicas. Tenemos el canon 1336 en donde se señala cuáles penas imponer y el 1364 donde se declara lo que es una herejía, y el padre estaba incurriendo en herejía”.
Para el Prelado, el P. Llano ha hecho una buena labor con muchos de sus textos, “pero también hay artículos en los que se sale de órbita”.
“Hace unos tres o cuatro meses, escribió un artículo en que decía que le daba pena la Iglesia Católica por sostener algunas cosas, entre ellas la doctrina de la Humanae Vitae, el mantener el celibato”, recordó.
Mons. Libardo Ramírez Gómez señaló que el la herejía del P. Llano fue “no querer aceptar la concepción virginal. Eso sí es una cosa que está definida por un Sínodo romano, por el año 390”.
El presidente del Tribunal Eclesiástico señaló que consideró enviarle sus artículos sobre lo escrito por el P. Llano al Cardenal Rubén Salazar para considerar las penas canónicas correspondientes, sin embargo, tras las disculpas y la sanción impuesta por el Superior General de los jesuitas “las cosas quedan en stand by”.
“Si el padre sigue actuando en una posición de sumisión, obediencia, así sea forzada, se puede tener consideración por la edad que tiene y por haber tenido un gesto de humildad y obediencia, habiendo rectificado prácticamente por el artículo”, dijo.
El Prelado lamentó que haya sacerdotes que, a pesar “que debieran estar más preparados en la materia, se creen con todo derecho de poner sobre la mesa, sobre su estudio, aún los dogmas más grandes para ver qué aspectos hay que precisar de cerca. Se envalentonan muchas veces, creyendo que ellos saben más que el Papa, como le estaba pasando al Padre (Llano)”.
“Esas cosas van sirviendo y gracias a Dios hubo esa intervención, y gracias a Dios de buena o mala gana el Padre la ha aceptado”.
El caso Novoa
Mons. Ramírez Gómez también lamentó que, a pesar del gran trabajo y ejemplo de muchos sacerdotes jesuitas, “comenzando con San Ignacio de Loyola”, haya miembros de la Compañía de Jesús que no actúen y enseñen de acuerdo a la doctrina de la Iglesia.
“En Colombia hemos tenido varios jesuitas que han trabajado en pastoral social, una línea muy eclesial, de acuerdo a la doctrina social de la Iglesia. Muchos meritorios, sacerdotes íntegros en sus doctrinas. Pero otros con exploraciones en el campo social, a veces un poquitico salidos de tono, por ejemplo el Padre (Carlos) Novoa”.
El Prelado recordó que en una reciente exposición, el P. Novoa criticó al capitalismo, pero minimizó el mal originado por el comunismo en la historia de la humanidad.
“Lo del comunismo fue algo tremendo, todo lo que pasó en España, lo que pasó en diversos países del mundo, la persecución de la fe. Esa (la del P. Novoa) no es la posición tajante, clara, de la Iglesia en sus documentos: ni capitalismo ni comunismo, sino un mensaje social íntegro”, indicó.
Mons. Ramírez Gómez recordó también que “en el campo del aborto, el P. Novoa tuvo el abuso muy grande”, al utilizar tendenciosamente el artículo 18 de la encíclica Evangelium Vitae, el Evangelio de la Vida, del Papa Juan Pablo II.
“En ese artículo el Papa dice que hay personas, claro está, en ciertas situaciones de grado o dificultad pueden caer en ese pecado (el aborto) y eso disminuye un poco la responsabilidad. No dice el Papa que no es pecado. No está diciendo que lo justifica, pero el Padre (Novoa), caramba, dice que el Papa lo justifica”.
El presidente del Tribunal Eclesiástico recordó que el Padre Novoa se reunió a finales de 2011 con un grupo de jóvenes en la Conferencia Episcopal, acompañados del entonces Secretario General del Episcopado, Mons. Juan Vicente Córdoba, que es también un obispo jesuita.
En esa ocasión se le pidió que precisara su postura sobre el aborto: “Los jóvenes lo enfrentaron, y él (Novoa) trató de disculparse. Sin embargo, después ha habido varias preguntas, varios reportajes y él sigue más o menos en esa teoría, contra los principios, contra la doctrina de la Iglesia”.
Para el Prelado, algunos jesuitas están en situación similar a la del P. Novoa y el P. Llano, aunque no cree que sean la mayoría, “pero de pronto, sí hay un 20 por ciento de ellos un poco ‘independientes’”.
Por ello, expresó su esperanza de que, tras la sanción al P. Llano, “una buena parte piensen que eso era lo necesario”.
“Puede que un 20 o un 10 por ciento no estén de acuerdo, y les duele que se ponga la mano, pero hay que tomar medidas”, indicó.
Mons. Libardo Ramírez Gómez señaló que sus palabras surgen de su inquietud “por todos estos temas, con un amor muy grande a María Santísima y a la Iglesia, sin voto especial, como lo hacen los jesuitas (voto de obediencia al Papa), sino el voto del bautismo, de la ordenación sacerdotal y episcopal”.