El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, rechazó públicamente el "atentado" contra la Virgen María, "una ofensa contra la religión católica", realizado hace unos días en la presentación de la ópera "Pepita Jiménez" en el Teatro Argentino.
El Prelado expresó su repudio en un artículo titulado "La Virgen María, símbolo y víctima de una ofensa", publicado en el diario platense El Día el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. "Entre otras felonías, se exhibió durante casi veinte minutos a una mujer desnuda que representaba a la Virgen María", explicó.
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Para Mons. Aguer, este acto ha sido un "·atentado porque fue una agresión, una ofensa contra la religión católica y expresamente contra la Virgen María".
Tras señalar que "una crónica complaciente admitiría a lo sumo que la puesta en escena incluyó momentos fuertes, audaces, provocativos", dijo en forma enfática que "se trató de un hecho abusivo, no autorizado por la novela de Juan Valera ni por la versión musical de (Isaac) Albéniz, debido únicamente al resentimiento anticatólico del director de escena".
El Arzobispo consideró que "alguien pensará que no se debe cohibir la libre expresión artística, o que estoy propiciando aplicar alguna forma de censura", pero se preguntó: "¿qué hubiera sucedido, por ejemplo, si la obra representada hubiera incluido una burla o injuria contra la fe judía o alguno de sus signos religiosos más caros?".
"Se me ocurre que, en rigor, nadie se hubiera atrevido a tanto, y que en todo caso la comunidad judía habría protestado airadamente con justa causa, y yo la habría acompañado en la protesta. Quizá habría actuado de oficio la sucursal bonaerense del INADI", añadió.
Mons. Aguer alertó que "en la Argentina de hoy sólo está permitido discriminar a los católicos y se puede blasfemar impunemente", y estimó que "las autoridades responsables del desafuero le deben una disculpa a la Iglesia Católica, y con ella el compromiso de que no volverá a ocurrir algo semejante".
"Está en juego el derecho que nos asiste de no ver insultada nuestra fe, y mucho menos –si cabe– por una institución oficial de la provincia. Que conste públicamente mi queja. Por el honor de la Inmaculada", concluyó.
Para leer el artículo completo ingrese a: http://www.aica.org/documentos-s-TW9ucy4gSOljdG9yIEFndWVy-1561