Al recibir esta mañana en su visita “ad limina” al tercer grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de Francia, el Papa Benedicto XVI subrayó que la ignoracia religiosa es uno de los problemas más graves de nuestro tiempo, y que la Nueva Evangelización debe ser una respuesta urgente a esto.
El Santo Padre señaló a los Prelados que uno de los problemas más graves de nuestro tiempo es el de la ignorancia religiosa en la que viven muchos hombres y mujeres, incluyendo a los católicos, y por ello la Nueva Evangelización, en la que la Iglesia está firmemente comprometida desde el Concilio Vaticano II, se presenta con especial urgencia como han señalado recientemente los Padres sinodales.
Benedicto XVI indicó que se trata de una doble ignorancia: la ignorancia de la persona de Jesucristo y la ignorancia de la sublimidad de sus enseñanzas, su valor universal y permanente en la búsqueda del sentido de la vida y la felicidad.
Esta ignorancia, precisó, también produce nuevas generaciones incapaces de comprender la historia y de sentirse herederos de esta tradición que ha dado forma a la vida, a la sociedad, al arte y a la cultura europea.
El Papa indicó que “la Iglesia en Francia es parte de una larga lista de santos, doctores, mártires y confesores de la fe. Ustedes son los herederos de una gran experiencia humana y de una riqueza espiritual inmensa, fuente de inspiración en su misión de pastores”.
En este Año de la Fe, recordó el Santo Padre, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha dado las indicaciones pastorales precisas para movilizar todas las energías de la Iglesia, para fomentar el redescubrimiento y la renovación del testimonio gozoso de la fe en Jesucristo, y el Sínodo de los Obispos ha propuesto los medios para llevar a cabo esta tarea de forma segura. “La oración y la acción, son las formas que nuestro Salvador nos pide usar una vez más”, dijo.
“La nueva evangelización será efectiva si se comprometen en ella en profundidad las comunidades y las parroquias”, señaló el Papa, e indicó que la Iglesia en Europa y Francia no puede permanecer indiferente ante la disminución de las vocaciones y ordenaciones sacerdotales.
Benedicto XVI subrayó que “hay una necesidad urgente de movilizar todas las energías disponibles, para que los jóvenes puedan escuchar la voz del Señor”.
Los jóvenes, indicó, son “la esperanza y el futuro de la Iglesia y del mundo”, y subrayó la importancia de la educación católica, que se lleva a cabo a través de “una labor admirable, a menudo difícil, posible gracias a la incansable dedicación de los profesores, sacerdotes, personas consagradas y laicos”.
El Papa también animó a los Obispos franceses a que encuentren “los caminos para que la transmisión de la fe siga siendo central en su proyecto educativo. La Nueva Evangelización pasa a través de estas escuelas y por el trabajo multifacético de la educación católica, que subyace en muchas iniciativas y movimientos que la Iglesia dirige”.
“La educación a los valores cristianos da las claves para la cultura de su país. Abriéndose a la esperanza y a la libertad genuina, seguirá proporcionando dinamismo y creatividad”, aseguró.