Un estudio sobre la brecha digital entre adultos y adolescentes realizado durante tres años en colegios de Barcelona, Madrid, Zaragoza, Sevilla y Santiago de Compostela (España) reveló que los jóvenes perciben el mundo virtual como si fuera una extensión de la realidad, mientras que los adultos usan la red como instrumento.
Así lo explicó en una entrevista a Europa Press el sociólogo investigador principal del estudio y profesor de la Universitat Ramon Llull (URL), Jordi Busquet, quien ha indicado que para los adolescentes "son dos realidades paralelas que forman parte de la propia vida".
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El estudio, en el que se ha entrevistado a 120 jóvenes de escuelas –ESO y Bachillerato– y a 60 adultos –profesores y padres–, ha sido liderado por investigadores de la Facultad de Comunicación Blanquerna de la URL, en colaboración con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universidad de Sevilla, la Universidad de Salamanca y la Universidad Juan Carlos I de Madrid.
Busquet ha apuntado que los jóvenes integran las redes sociales a su vida cotidiana, hasta el punto que "no hay tanta diferencia" entre lo que proyectan en el Facebook y cómo se muestran en su día a día, lo que se explica porque utilizan la red para socializarse, es decir, para hacer amigos y hacer bromas entre ellos.
De hecho, el estudio, bajo el título "El uso de las TIC y la brecha digital entre adultos y adolescentes", también constata que muchos de los jóvenes no pueden vivir sin estas herramientas hasta el punto que están "todo el día disponibles", añadió Busquet, aunque la investigación no se ha centrado en las adicciones.
Otra de las conclusiones es que, aunque controlan mucho su relación con los desconocidos y no suelen aceptar a personas con las que no tengan amistades en común, descuidan su imagen porque "no son conscientes de que es un espacio público y no privado".Su ingenuidad les lleva muchas veces incluso a publicar fotografías que pueden afectar a su reputación y "a la larga pueden ser comprometedoras" como, por ejemplo, a la hora de buscar trabajo.
La brecha digital
El estudio también "desmitifica" la brecha digital entre adultos y jóvenes, al concluir que no es sólo la edad lo que les puede alejar, sino que hay otras variables que también influyen en el uso de la red como el nivel educativo y el económico.
Detectaron dos posibles reacciones por parte de las familias cuando no dominan las nuevas tecnologías: o bien "dimiten de la tarea de hacer de padres" o establecen prohibiciones.
Busquet recomendó que lo óptimo es que los adultos "acompañen" a los jóvenes, aunque les pueda resultar difícil, puesto que el miedo y la prohibición no ayudan a los adolescentes, quienes pueden perder la confianza en los padres y camuflarse casos más graves como el asedio, que también han detectado.
Sin embargo, los investigadores también han constatado que la actitud de las familias en relación a Internet es "mucho más positiva" que la que tienen los colegios, que mantienen un posicionamiento más conservador y reticente.
Muchas escuelas se han modernizado tecnológicamente pero no han renovado sus métodos pedagógicos y, además "dan la espalda a las redes sociales", lo que les quita autoridad a los docentes porque los alumnos se muestran muy críticos con los profesores que no dominan las nuevas tecnologías.