Esta mañana el Papa Benedicto XVI creó seis nuevo Cardenales de la Iglesia, en una solemne y multitudinaria ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
El consistorio comenzó a las 11 de la mañana, y después del saludo a los fieles, y la proclamación del Evangelio, el Papa enunció una alocución dedicada a los nuevos príncipes de la Iglesia. Leyó la fórmula de creación, y proclamó solemnemente a los nuevos cardenales anunciando su orden presbiterial y diaconal.
Los nuevos Cardenales son el Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Cardenal Rubén Salazar; el Prefecto de la Casa Pontificia y Arcipreste de la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma, Cardenal James Harvey; el Arzobispo mayor de Trivandrum (Siro-Malankar) en India, Cardenal Baselios Thottunkal;
el Arzobispo de Abuja (Nigeria), Cardenal John Onaiyekan; el Arzobispo de Manila (Filipinas), Cardenal Luis Antonio Tagle; y el Patriarca de Antioquía de los Maronitas, Cardenal Béchara Raï.
En su mensaje, el Papa Benedicto XVI señaló que el Colegio Cardenalicio "se sitúa en el surco y en la perspectiva de la unidad y la universalidad de la Iglesia: muestra una variedad de rostros, en cuanto expresa el rostro de la Iglesia universal".
"A través de este Consistorio, deseo destacar de manera particular que la Iglesia es la Iglesia de todos los pueblos, y se expresa por tanto en las diversas culturas de los distintos continentes. Es la Iglesia de Pentecostés, que en la polifonía de las voces eleva un canto único y armonioso al Dios vivo".
El Santo Padre señaló que "los nuevos cardenales, que representan a varias diócesis del mundo, son ahora agregados a título especial a la Iglesia de Roma, y refuerzan así los vínculos espirituales que unen a toda la Iglesia, vivificada por Cristo, estrechamente reunida en torno al Sucesor de Pedro".
"Al mismo tiempo, el rito de hoy expresa el valor supremo de la fidelidad. En efecto, en el juramento que haréis dentro de poco, venerados hermanos, están escritas palabras cargadas de un profundo significado espiritual y eclesial: 'Prometo y juro permanecer, ahora y por siempre hasta el final de mi vida, fiel a Cristo y a su Evangelio, constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana'".
"Al recibir la birreta roja", pidió el Papa "oiréis como se os recuerda que ésta indica 'que debéis estar preparados para comportaros con fortaleza, hasta el derramamiento de la sangre, por el incremento de la fe cristiana, por la paz y la tranquilidad del Pueblo de Dios'".
"La entrega del anillo está acompañada de una advertencia: 'Has de saber que, con el amor al Príncipe de los Apóstoles, se refuerza tu amor a la Iglesia"', señaló.
Benedicto XVI indicó a los nuevos Cardenales que ahí está indicada, "en estos gestos y las expresiones que los acompañan, la fisionomía que hoy asumís en la Iglesia".
"De ahora en adelante, estaréis todavía más estrechamente unidos a la Sede de Pedro: los títulos o las diaconías de las iglesias de la Urbe os recordarán el lazo que os une, como miembros a título especialísimo, a esta Iglesia de Roma, que preside la caridad universal".
El Santo Padre remarcó que "principalmente por la colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana, seréis mis preciosos colaboradores, ante todo en el ministerio apostólico para con la catolicidad entera, como Pastor de toda la grey de Cristo y primer garante de la doctrina, de la disciplina y de la moral".
Al concluir su alocución, el Papa expresó su alabanza al Señor porque "no cesa de enriquecer con generosidad de dones a su iglesia extendida por todo el mundo".
"A él confiamos el nuevo servicio eclesial de estos estimados y venerados hermanos, para que den un valiente testimonio de Cristo, en el dinamismo edificante de la fe y en el signo de un incesante amor oblativo".
Siguiendo el orden de creación, el rito continuó con la profesión de fe por parte de los nuevos purpurados, así como el juramento de fidelidad y obediencia al Papa. De rodillas ante Benedicto XVI, los nuevos cardenales recogieron el anillo y el birrete rojo, la bula de creación cardenalicia y de la asignación del título o de la diaconía que los diferenciará como miembros “especiales”, de la Iglesia Universal.
Entre los nuevos cardenales, el Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Mons. Rubén Salazar, asume el título de la iglesia San Gerardo Maiella de Roma.
El Arzobispo estadounidense James Harvey, Prefecto de la Casa Pontificia y nombrado Arcipreste de la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma, asume la diaconía de la iglesia San Pio V en Villa Carpegna.
Por su parte, el Arzobispo mayor de la Iglesia Siro-Malankar de la India, Mons. Baselios Thottunkal, asume el título de la Iglesia San Gregorio VII. El Arzobispo de Abuja (Nigeria), Mons. John Onaiyekan, el título de la Iglesia de San Saturnino; y Mons. Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila (Filipinas), asume el título de la Iglesia San Felice de Cantalice en Centocelle.
Por otro lado, al principal líder católico del Líbano Su Beatitud Béchara Raï, no se le hace entrega del título de uno iglesia en particular. Ya es Patriarca de Antioquía de los Maronitas.
Con estos nuevos nombramientos, asciende a 90 el número de cardenales creados por Benedicto XVI, y se completa el máximo de 120 cardenales electores para un eventual cónclave.
Esta tarde los purpurados, recibirán a los fieles que lo deseen en el Palacio Apostólico del Vaticano, las salas Regia y Ducal, estarán abiertas al público para la ocasión.