Tras una serie de declaraciones imprecisas en una entrevista hace unos días a un diario colombiano, el Arzobispo de Bogotá y futuro cardenal, Mons. Rubén Salazar, aclaró su postura sobre el aborto y la eutanasia que está en sintonía con la doctrina de la Iglesia Católica.
A través de un comunicado con fecha 22 de noviembre, escrito desde Roma en donde se encuentra para el Consistorio en el que mañana sábado será creado cardenal junto a otros 5 prelados, el Arzobispo hizo las aclaraciones considerando que "algunas de mis afirmaciones pudieron suscitar serias inquietudes".
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Mons. Salazar se refiere concretamente a lo expresado en una entrevista concedida al diario El Tiempo publicada el pasado 12 de noviembre, por lo cual "juzgo necesario hacer las siguientes aclaraciones y precisiones para corregir cualquier ambigüedad a las que hayan dado lugar".
El Arzobispo explica que "el aborto es un crimen abominable (cf. Constitución Gaudium et Spes n. 51), por lo tanto, su despenalización no es aceptable en ningún caso, tampoco es posible considerarlo o declararlo un derecho".
"Una vez más como lo he hecho en otras ocasiones expreso claramente mi rechazo a la sentencia de la Corte Constitucional que despenalizó el aborto en algunos casos", resalta.
Mons. Salazar afirma también que "el embrión humano tiene vida propia desde el mismo momento de su concepción y es un ser totalmente distinto de la mujer, por tanto ‘ha de ser respetado –como persona– desde el primer instante de su existencia’ (Juan Pablo II, Instrucción sobre el don de la vida I,1) y tratado con todo el respeto debido en todo el proceso de su desarrollo".
El Arzobispo asegura además que "en ningún momento, ni por ninguna causa el ser humano puede disponer de su vida ni de la vida de los demás, de ahí que el suicidio, el llamado ‘suicidio asistido’ y la eutanasia sean moralmente inaceptables (cf. Encíclica Evangelium vitae 66). Ratifico nuevamente mi rechazo a cualquier ley del Estado que pretenda legalizar estas prácticas".
Para concluir, el futuro Cardenal invitó "a todos los colombianos, desde mis convicciones profundas, a promover una auténtica cultura de la vida humana, en la que ésta se defienda y respete desde el momento de la concepción hasta la muerte natural".