Después de varios meses de restauración y reestructuración se presentó al público la última versión de la escultura del Beato Juan Pablo II que generó polémica en mayo, situada en la estación de Termini de Roma (Italia) para dar la bienvenida a los peregrinos que llegan a la Ciudad eterna.
A diferencia de la vez anterior, esta vez el nuevo rostro de la escultura del italiano Oliviero Rainaldi, parece que ha tenido mejor acogida.
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Un ciudadano romano, Giuseppe Benardini, de 75 años de edad, dijo a ACI Prensa que la nueva estatua le "parece bellísima, la otra que había era muy fea, no se parecía en nada al Papa. Esta es en cambio es realmente bonita. Vine de la periferia para verla y estoy impresionado".
"Juan Pablo II fue un gran Papa, e hizo el bien a todos", añadió.
Después de su presentación en mayo de 2011, esta estatua de bronce, de más de cuatro toneladas y cinco metros de altura, recibió duras críticas por su escaso parecido y expresividad. Incluso algunos compararon la escultura con la imagen del dictador italiano Benito Mussolini.
Rainaldi cambió la cabeza por una más grande con el solideo más marcado y la mirada más humana, se mejoró la cobertura de pintura especial, se alzó el cuerpo y se retocó la túnica.
A pesar de las críticas, a lo largo de estos meses numerosas personas se acercaron a la escultura para encender velas y orar.
Los cambios en la escultura no significaron un costo adicional para el ayuntamiento de Roma ya que estaban comprendidos en el presupuesto original.