El Embajador de Costa Rica ante la Santa Sede, Fernando Sánchez Campos, presentó en América la segunda edición de su libro “Nace un hijo espiritual: Nuestra historia con el Padre Pío de Pieltrecina”, y ha decidido abrir las puertas de su embajada en Roma, a aquellos que quieran conocer un poco más al querido santo.
El libro se publicó originalmente en español en 2010 por la editorial Guayacán Centroamericana. La versión en italiano fue publicada junto al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, y actualmente está siendo traducido al inglés.
El embajador estará la próxima semana en Dallas (Estados Unidos), y posteriormente en Guadalajara (México) y Costa Rica para presentar esta nueva edición.
La obra cuenta la experiencia personal del embajador y la milagrosa curación de su hijo Fernando Felipe. El niño sanó de una cardiopatía severa letal, luego de que su familia lo encomendara al padre Pío.
Después de esta experiencia, sintió la necesidad de escribirla y presentársela al Padre Carlo María Laborde, guardián de la fraternidad de San Juan Rotondo de Pieltrecina -donde descansa el Padre Pío-, para que conociese su historia. Fue él quien le instó a publicarla.
“Nunca me hubiera imaginado ni siquiera escribir un libro, menos una segunda edición, menos la traducción al inglés al italiano, y menos presentarlos en otros países...y lo hago lleno de felicidad y agradecimiento, porque también he visto las gracias enormes que contar mi historia desde el corazón le llevó a otros”, señaló Sánchez en una entrevista concedida a ACI Prensa el 14 de noviembre.
A partir de la publicación de la obra, su embajada se convirtió en un lugar de encuentro para aquellos quienes peregrinan a Italia para visitar la tumba del Santo.
“Ésta es una especie de pequeña embajada del Padre Pío de Pieltrecina en Roma –explicó-. Sobre todo para los costarricenses y resto de latinoamericanos que quieren conocer un poco más acerca del Santo”, explica.
La embajada asiste a los peregrinos que buscan indicaciones para ir a San Giovanni Rotondo y Pieltrecina, e incluso facilita el contacto con el santuario para celebrar una Misa.
La relación del embajador con San Pio de Pieltrecina es muy estrecha. Según Sánchez, San Pio de Pieltrecina utilizó estrategias muy sutiles para “conquistarlo”. Siempre por casualidad, llegaban a sus manos libros sobre el santo, tenía sueños con él, e incluso por azar, la primera bendición que recibió su hijo en el vientre, fue en una iglesia dedicada al santo del Pieltrecina.
Sánchez lleva varios años en Roma donde vive junto a su familia. Presentó sus credenciales al Papa Benedicto XVI el 3 de diciembre de 2010. Ser embajador ante la Santa Sede, no entraba en sus planes, y esto, también lo considera como otra señal de amistad del santo.
Padre Pío y la sanación de Fernando Felipe
En 2007, la esposa del diplomático, Milagro, quedó embarazada. La primera bendición que sufrió el vientre, la recibió del Padre Gabriel Corrales –en presencia de una imagen de San Pío de Pieltrecina–. En septiembre de ese mismo año, Milagro presentó complicaciones en el embarazo. El corazón de su hijo latía demasiado rápido.
Fernando Felipe nació con una enfermedad mortal en adultos y con escasa esperanza de vida en neonatos, caracterizada por taquicardias muy severas. El niño no mejoraba pese al tratamiento pre natal, las medicinas y hasta cinco shocks eléctricos. Fue internado en la unidad de cuidados intensivos y en la noche del 23 de septiembre, coincidiendo con la fiesta de San Pío de Pieltrecina, recibió la visita del Padre Corrales, quien llevó una reliquia del Padre Pío, unas gasas ensangrentadas por sus estigmas.
Pocas horas después, el niño se estabilizó para sorpresa de los médicos. Minutos después a la oración, el registro de los latidos daba resultados absolutamente normales.
Fernando Felipe ya cumplió 4 años y nunca ha vuelto a tener problema alguno. Tiene una hermanita que en honor a la curación, se llama María Pía.