"Cristianos e hindúes: formar a las jóvenes generaciones para ser artífices de paz", es el tema del Mensaje dirigido a los seguidores del hinduismo por el Cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, con motivo de Deepavali, la fiesta de la luz, que este año se celebra el 13 de noviembre.
El texto señala que "en estos momentos de la historia humana, en que varias fuerzas negativas, en muchas regiones del mundo, amenazan las legítimas aspiraciones a una coexistencia pacífica, queremos servirnos de esta preciosa tradición para compartir con vosotros la reflexión sobre la responsabilidad de hindúes, cristianos y otros a la hora de hacer todo lo posible para formar a las personas, especialmente a las generaciones jóvenes, para ser artífices de paz".
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"Formar a los jóvenes para ser artífices y constructores de paz es un llamamiento acuciante a un compromiso colectivo y a una acción común. Para que sea auténtica y duradera, la paz, debe fundarse en los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad".
Tras señalar que "en toda educación a la paz, las diferencias culturales deben considerarse, ciertamente, una riqueza y no una amenaza o un peligro", el mensaje resalta que "la familia es la primera escuela de paz y los padres son los principales educadores a la paz (...)".
"En las escuelas, colegios y universidades (...) los responsables de la formación tienen la noble tarea de asegurar una educación que respete y ensalce la dignidad innata de cada ser humano y promueva amistad, justicia, paz y cooperación para un desarrollo humano integral".
"También es para ellos un imperativo moral que los valores espirituales y morales sean el fundamento de la educación y prevenir a los estudiantes sobre las ideologías que causan discordia o división", agrega.
"Si los Estados y los responsables de los sectores sociales, políticos y culturales tienen un papel clave en reforzar la educación de los jóvenes, los líderes religiosos, en particular, dada su vocación de ser guías espirituales y morales, deben alentar a las jóvenes generaciones a caminar por la senda de la paz y a ser mensajeros de paz".
El mensaje indica luego que "ya que los medios de comunicación influyen considerablemente en la forma de pensar, sentir y actuar de la gente, los profesionales de este campo deben contribuir al máximo a difundir pensamientos, palabras y obras de paz".
En realidad, concluye el texto, "los mismos jóvenes tendrían que reavivar los ideales que propone a los demás con un uso responsable de la libertad y la promoción de relaciones cordiales para crear una cultura de paz".