Dos niñas cristianas de 13 años fueron violadas y una de ellas asesinada en el distrito de Kandhamal, estado de Orissa en India, hace unas dos semanas, pero sólo hasta ahora se supo de estos hechos.
Según indica la agencia vaticana Fides, estos crímenes fueron perpetrados durante el festival de "Dussehara" una festividad hindú que celebra la victoria de Rama sobre el mal.
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Según fuentes locales, los agresores son jóvenes hindúes, posiblemente vinculados a grupos extremistas, que atacan a las niñas cristianas, ya que son más vulnerables e indefensas. Kandhamal es conocido por las masacres anti-cristianas ocurridas en 2008.
Hoy, dice a Fides John Dayal, un activista cristiano y colaborador de la Comisión "Justicia y Paz" de la Conferencia Episcopal de la India, "se vive con pánico en los pueblos cristianos, pero también con sentimiento de disgusto entre los activistas, sobre todo ante la actitud de la policía que no coopera".
Dayal, que se reunió con las familias de las dos víctimas, dice a Fides que la primera era un estudiante de la clase VII de la aldea de Dadamaha. Ella había ido a la aldea cercana de Simanbadi para asistir a una "yatra" (obra de teatro).
En la noche entre el 25 y 26 de octubre fue atacada por un grupo de jóvenes que la violaron. La chica trató de gritar pidiendo ayuda, pero fue atada a un árbol y estrangulada. Su cuerpo fue encontrado en la cuneta de la carretera al día siguiente.
La segunda chica vivía con sus padres en Bhubaneswar. El 27 de octubre fue a ver las celebraciones del "Dussehara", que atraen a una gran multitud. De camino a casa, fue secuestrada por seis hombres, llevada al bosque y violada repetidamente. Al quedarse desmayada la abandonaron en el lugar y fue rescatada a la mañana siguiente.
A pesar de las denuncias, "la policía local no se ha movido, es más, ha sido grosera y ha obstaculizado a las familias", dice Dayal. La joven ha sido llevada ante la Comisión Estatal por los Derechos de la infancia, donde ha sido interrogada, pero se le ha dado poco crédito.
La víctima, que aún está en estado de shock, ha sido sometida a un examen médico sólo el 3 de noviembre, una semana después de su traumática experiencia. Lo que es sorprendente, concluye Dayal "es el silencio de los medios de comunicación y de las autoridades ante tales casos graves de violencia contra las minorías indefensas".