El Prepósito General de la Compañía de Jesús (jesuitas), el sacerdote español Adolfo Nicolás, consideró que el reciente Sínodo de los Obispos realizado en el Vaticano sobre la Nueva Evangelización, tuvo como uno de sus “puntos insuficientes” que “la voz del Pueblo de Dios no tiene ocasión de expresarse”.
En una entrevista publicada el 29 de octubre por el sitio web de la Curia de los Jesuitas en Roma http://www.sjweb.info, el P. Nicolás confiesa que tuvo “ciertas dudas acerca del Sínodo antes de que comenzara. Me preguntaba: ¿vamos a movernos en la acostumbrada dirección de ‘más de lo mismo’, o estamos dispuestos a mirar hacia adelante con valentía y creatividad?”.
El Prepósito General destaca luego tres puntos positivos del Sínodo: que los obispos de distintas partes del mundo hayan podido expresarse “con entera libertad”, que existan actualmente iniciativas interesantes, y una serie de reflexiones fundamentales sobre la experiencia religiosa, la buena formación, la centralidad de la familia y la importancia de la parroquia, entre otros temas.
Sobre los aspectos “insuficientes”, el Padre Nicolás afirma que “la voz del Pueblo de Dios no tiene ocasión de expresarse. Es un Sínodo de Obispos y, por eso, no se cuenta con la participación activa del Laicado aun cuando un número de expertos y ‘observadores’ (auditores) asisten como invitados. Me hizo recordar lo que dijo Steve Job(sic): que él estaba más interesado en escuchar las voces de los clientes que las de los productores. Y en el Sínodo todos éramos ‘productores’”.
“Por eso era difícil evitar el sentimiento de que se trataba de una reunión de ‘Hombres de Iglesia afirmando la Iglesia’, lo cual es ciertamente bueno pero no precisamente lo que necesitamos cuando estamos a la búsqueda de una Nueva Evangelización. Podemos caer en el peligro de buscar ‘más de lo mismo’”, prosigue.
El sacerdote afirma que falta reflexión sobre la primera evangelización “y por eso sabemos muy poco acerca de si y qué hemos aprendido de su larga historia y sus mejores momentos, y de lo que nos han enseñado nuestras propias equivocaciones. Esta omisión podría tener consecuencias muy negativas”.
Para el Prepósito General también debe considerarse “la deficiente consciencia y conocimiento de la Historia de la Evangelización y el papel que los Religiosos, hombres y mujeres, han desempeñado en ella. En algunos momentos la Vida Religiosa fue ignorada; en otros momentos recibió una mención casual y perentoria. No es que nosotros, los religiosos, necesitemos ulterior confirmación: pero querría expresar mi preocupación acerca de que la Iglesia se exponga a perder su propia memoria”.
En su opinión, el Padre Nicolás considera que la metodología del Sínodo fue “quizás el punto más débil” que era parecido al “viejo modo de organizar nuestras Congregaciones Generales. Espero, sin embargo, que la complejidad de la realidad y las necesidades del futuro ayudarán a la Iglesia en la tarea de ajustar sus procesos para conseguir mayores frutos apostólicos”.
Sobre su intervención en el Sínodo titulada "Signos Europeos de Santidad", el sacerdote dijo que “lo que yo quería decir es que nos hemos acostumbrado a estos signos sin pensar que podría haber otros signos. Si este fuera el caso, ¿no aparecería un Dios muy limitado, previsible, e incluso reducido a la capacidad europea de ‘ver’ signos conocidos de su presencia y acción? Sin la menor sombra de duda, reconozco esos signos como buenos, creíbles y sólidos”.
“Mi pregunta apuntaba a lo que podemos haber perdido por no descubrir otros signos; por no ser capaces de sorprendernos y asombrarnos delante de la acción creativa de Dios en ‘otros’; en personas que pertenecen a culturas, tradiciones y afinidades étnicas diferentes. Poco antes del Vaticano II, el P. Jean Danielou escribió un libro titulado ‘Santos Paganos’: un libro provocativo e inspirador al mismo tiempo. Pero quizás esos santos no fueron, después de todo, paganos”.
Preguntado sobre si hay “santidad” y salvación fuera de la Iglesia, el Prepósito General jesuita contesta: “¡Por supuesto! Eso lo sabemos desde siempre. Es parte de la libertad de Dios. Dios es libre para hacer lo que Dios quiere con su pueblo (hombres y mujeres) en cualquier situación y cualquier contexto. Jesús nunca tuvo dificultad en reconocer en un soldado pagano de Roma o en una mujer extranjera, una profundidad de fe que faltaba entre sus propios discípulos. ¡Pero yo no tengo una teoría propia de salvación! ¡Así le ahorro su siguiente pregunta! Mi preocupación más profunda es encontrar cómo Dios actúa en la gente, y así cooperar con el trabajo de Dios. De este modo no me puedo equivocar: si construyo una teoría ciertamente podría equivocarme”.
El P. Nicolás comenta, para concluir la entrevista, la necesidad de llevar paz y armonía al mundo actual proclamando el Evangelio. “Naturalmente esto toma diversas formas cuando pensamos en la Iglesia y muchas de las actividades e iniciativas que provienen de cristianos comprometidos”, finaliza.
Para leer la entrevista completa, ingrese a: http://www.sjweb.info/news/index.cfm?Tab=2&PubLang=3