Niñas entre los 13 y 16 años han recibido implantes o inyecciones anticonceptivas por parte de enfermeras en sus propias escuelas en el Reino Unido, sin que sus padres tengan conocimiento de estos hechos.
Según informó el diario británico The Daily Telegraph, las enfermeras de las escuelas han realizado más de 900 de estos procedimientos anticonceptivos, en los últimos dos años.
Los implantes evitan el embarazo de las jóvenes hasta por tres años, al filtrar progresivamente hormonas en la sangre, y son insertadas en los brazos de las jóvenes, mientras que las inyecciones tienen una funcionalidad de tres meses.
El Ministro de Salud de Reino Unido, Dr. Dan Poulter, afirmó que “las jóvenes menores de 16 años pueden acceder legalmente a anticonceptivos y servicios de salud sexual, y cualquier consejo que se les de será confidencial. De cualquier forma, los profesionales de salud deben siempre alentar a la joven a hablar con sus padres sobre su salud sexual”.
Las normas de confidencialidad mencionadas por el ministro británico prohíben a las enfermeras buscar el permiso anticipado de los padres, o incluso informarles después, sin el permiso de las menores.
El jefe ejecutivo de la Comunidad Médica Cristiana, Dr. Peter Saunders, subrayó que las relaciones sexuales a la edad de 16 años son ilegales, y que “facilitar ese comportamiento a espaldas de los padres no es profesional, es irresponsable y moralmente equivocado”.
Anthony Seldon, profesor del Wellington College, criticó la situación, pues considera que las relaciones sexuales son “la más alta y más madura relación espiritual que puede existir entre dos seres humanos”.
“Cualquier cosa que trivialice o trate como algo mundano o fácil, particularmente para los jóvenes, daña su habilidad de crecer y de formar adecuadamente una relación duradera. Devalúa el sexo, lo hace algo ordinario, de todos los días, como ir a comer en McDonald’s”.
Según informó el diario británico, los padres de las menores expresaron a inicios de este año su rotundo rechazo a que se inyecte o se implante anticonceptivos a sus hijas, al enterarse de lo que estaba ocurriendo en las escuelas.
Por su parte, el médico y político Phillip Lee, expresó su preocupación porque esta medida podría llevar a una mayor promiscuidad y al aumento de infecciones de transmisión sexual.