En su homilía por la Misa de conclusión de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Benedicto XVI afirmó que “la Nueva Evangelización concierne a toda la vida de la Iglesia”.
El Santo Padre subrayó la importancia de la pastoral ordinaria, la cual “debe estar más animada por el fuego del Espíritu, para encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad y que se reúnen en el día del Señor para nutrirse de su Palabra y del Pan de vida eterna”.
Benedicto XVI remarcó “tres líneas pastorales”, surgidas del sínodo, referentes a los sacramentos de la iniciación cristiana, la evangelización a quienes no conocen a Jesucristo y las personas que han sido bautizadas pero que “no viven las exigencias del bautismo”.
“Se ha reafirmado la necesidad de acompañar con una catequesis adecuada la preparación al bautismo, a la confirmación y a la Eucaristía”, señaló el Papa, e indicó que durante el Sínodo “también se ha reiterado la importancia de la penitencia, sacramento de la misericordia de Dios”.
El Papa subrayó que “la llamada del Señor a la santidad, dirigida a todos los cristianos, pasa a través de este itinerario sacramental. En efecto, se ha repetido muchas veces que los verdaderos protagonistas de la nueva evangelización son los santos: ellos hablan un lenguaje comprensible para todos, con el ejemplo de la vida y con las obras de caridad”.
El Santo Padre también destacó que “la Nueva Evangelización está esencialmente conectada con la misión ad gentes”.
“La Iglesia tiene la tarea de evangelizar, de anunciar el Mensaje de salvación a los hombres que aún no conocen a Jesucristo. En el transcurso de las reflexiones sinodales, se ha subrayado también que existen muchos lugares en África, Asía y Oceanía en donde los habitantes, muchas veces sin ser plenamente conscientes, esperan con gran expectativa el primer anuncio del Evangelio”.
Por tanto, señaló el Papa, “es necesario rezar al Espíritu Santo para que suscite en la Iglesia un renovado dinamismo misionero, cuyos protagonistas sean de modo especial los agentes pastorales y los fieles laicos”.
“La globalización ha causado un notable desplazamiento de poblaciones; por tanto el primer anuncio se impone también en los países de antigua evangelización”.
“Todos los hombres tienen el derecho de conocer a Jesucristo y su Evangelio; y a esto corresponde el deber de los cristianos, de todos los cristianos – sacerdotes, religiosos y laicos -, de anunciar la Buena Noticia”, dijo el Papa.
Al referirse a los bautizados que no llevan una vida cristiana, Benedicto XVI recordó que “durante los trabajos sinodales se ha puesto de manifiesto que estas personas se encuentran en todos los continentes, especialmente en los países más secularizados”.
“La Iglesia les dedica una atención particular, para que encuentren nuevamente a Jesucristo, vuelvan a descubrir el gozo de la fe y regresen a las prácticas religiosas en la comunidad de los fieles”, indicó.
Para ese fin, dijo el Papa, “además de los métodos pastorales tradicionales, siempre válidos, la Iglesia intenta utilizar también métodos nuevos, usando asimismo nuevos lenguajes, apropiados a las diferentes culturas del mundo, proponiendo la verdad de Cristo con una actitud de diálogo y de amistad que tiene como fundamento a Dios que es Amor”.
Benedicto XVI elogió las iniciativas de creatividad pastoral que intentan acercarse a las personas alejadas de la Iglesia que buscan a Dios, entre ellos el “Atrio de los gentiles” y la Misión Continental, entre otras.
“Sin duda el Señor, Buen Pastor, bendecirá abundantemente dichos esfuerzos que provienen del celo por su Persona y su Evangelio”.
Al recordar al ciego Bartimeo, cuya historia relata el evangelista Marcos, el Papa subrayó que este, “una vez recuperada la vista gracias a Jesús, se unió al grupo de los discípulos, entre los cuales seguramente había otros que, como él, habían sido curados por el Maestro”.
“Así son los nuevos evangelizadores: personas que han tenido la experiencia de ser curados por Dios, mediante Jesucristo. Y su característica es una alegría de corazón”, señaló.