El futbolista del Catania de la liga italiana, Nicola Leggrottalie, afirmó que su encuentro con Dios lo ayudó a dejar la adicción que tenía al sexo y ahora desea servir a Cristo y anunciarlo aprovechando su popularidad.
“Amando a Dios siento que el deseo sexual se aminora, puedo resistir sin él. Sé que Dios ha elegido para mí la persona justa, estoy solamente esperándola”, afirmó el futbolista evangélico, que recordó que luego de sus encuentros ocasionales con diferentes mujeres se sentía vacío.
“Veía a una mujer y la deseaba sexualmente”, pero luego de haberla conseguido “no me preocupaba por ella y esto me hacía sentirme mal”.
“Quizá no habría encontrado a Dios si no hubiera tocado fondo”, añadió.
Leggrottalie, que también jugó por la Juventus, dijo que ha aprendido que el dinero y la fama no son suficientes para ser feliz. “Me sentía incompleto, no me gustaba a mí mismo. He aprendido por experiencia que el dolor es un camino para llegar a la felicidad”, afirmó.
En ese sentido, contó que el cambio llegó gracias al apoyo del también futbolista Tomás Guzman y su esposa, que le ayudaron a mirar atrás. “He comenzado a rezar, a leer la Biblia, y paso a paso me di cuenta de que, siguiendo las palabras del Evangelio, llenaba ese vacío”, expresó.
Leggrottalie relató que ahora sus noches de juerga las ha cambiado por encuentros de amigos para leer la Biblia y que ahora vive la castidad esperando a la mujer que Dios le tiene reservada.
“Me he dado cuenta, durante mi crecimiento espiritual, de que en el fútbol no hay lugar para Dios y, sobre todo, que hay poca valentía para salir a la luz y decir lo que se piensa. Es muy cómodo ser igual a los demás para no tener problemas y para que no te tomen el pelo”, añadió.
El futbolista italiano dijo que ahora desea aprovechar su popularidad para “llevar la palabra de Dios por todo el mundo” y ayudar a dos asociaciones que trabajan en la adopción de niños en África.