Al concluir el almuerzo junto a los padres sinodales, y alegre por la presencia del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, y el Arzobispo Rowan Williams, el Papa Benedicto XVI afirmó que “esta comunión es signo de que estamos en camino hacia la unidad y de que avanzamos con el corazón”.
El Santo Padre aseguró que en este camino ecuménico “el Señor nos ayudará a avanzar también exteriormente”.
“Synodos quiere decir ‘camino común’, estar en camino juntos, por lo que la palabra synodos me recuerda el conocido camino del Señor con los dos discípulos de Emaús”, señaló el Papa.
Los discípulos de Emaús, explicó, “son como una imagen del mundo agnóstico de hoy. Jesús, su esperanza, se había muerto. El mundo estaba vacío, parecía que Dios no existía o que no se interesara por ellos”.
“Con esta desesperación en el corazón, y, sin embargo, con una pequeña llama de fe, caminan hacia adelante. El Señor camina misteriosamente con ellos y los ayuda a comprender mejor el misterio de Dios, su presencia en la historia, su caminar silenciosamente con nosotros”.
Benedicto XVI recordó que fueron “las palabras del Señor encendieron los corazones e iluminaron la mente de los discípulos”.
“En el Sínodo estamos en camino junto con nuestros contemporáneos. Roguemos al Señor para que nos ilumine, encienda nuestro corazón para que logre ver y nos ilumine la mente”.
Benedicto XVI también pidió a los presentes que “recemos para que, en la cena, en la comunión eucarística, podamos estar abiertos para verlo y, de este modo, encendamos también el mundo con su luz”.