Esta mañana, el Papa Benedicto XVI se despidió de la comunidad de Castel Gandolfo, donde pasó un tiempo dedicado al “estudio, oración y descanso”, y agradeció a todos por el cuidado y preocupación puestos en asegurarle hospitalidad en esa localidad.
El Santo Padre agradeció especialmente al Obispo de Albano (Italia), Mons. Marcello Semeraro, en cuya jurisdicción se encuentra Castel Gandolfo, y a las comunidades de religiosas y laicos locales, y les pidió que continúen haciéndole sentir su cercanía espiritual, incluso después de su partida.
El Papa también expresó su agradecimiento a las autoridades civiles, entre ellos al alcalde de Castel Gandolfo, y aseguró sus oraciones por las familias más necesitadas y los enfermos.
“Queridos hermanos y hermanas, os agradezco vuestra presencia hoy a este encuentro. El mejor modo para recordarnos es el de la oración: yo no dejaré de rezar por vosotros y por vuestras intenciones y confío que vosotros haréis lo mismo”.
Al concluir, Benedicto XVI confió a los pobladores de Castel Gandolfo “a la Virgen María, que veneramos en el mes de octubre como Reina del santo Rosario”, y pidió que ella sea siempre “con su mirada amorosa, la que acompañe y sostenga nuestros pasos en el camino de la justicia y la verdad”.