El sacerdote argentino responsable general del santuario francés de Nuestra Señora de Lourdes, Padre Horacio Brito, asegura que todos pueden obtener la gracia de Lourdes desde cualquier parte del mundo, y a pesar de que el corazón del hombre esté enfermo, es posible la conversión si uno se confía a la intercesión de la Madre de Dios.
El P. Horacio, de los Misioneros de la Inmaculada Concepción de Lourdes, llegó a Francia para quedarse solo por unos días, pero ya lleva allí 15 años. En 2008, el Obispo de Tarbes-Lourdes, Mons. Jacques Perrier, nombró al argentino nuevo rector del santuario, convirtiéndose en el primer latino en asumir tal cargo.
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En una entrevista concedida en Roma a ACI Prensa, el P. Brito, explicó que Lourdes, "es un lugar geográfico, pero la gracia es espiritual, es multiforme, y por lo tanto, se adapta a todos los tiempos, a todas las culturas, a todos los estados de vida, y se puede vivir en cualquier parte del mundo".
"No es necesario estar en Palestina para vivir el Evangelio, y no es necesario estar en Lourdes, para vivir la gracia de Lourdes", aseguró.
El sacerdote señaló que junto a los santuarios de Fátima, Guadalupe, o Aparecida, Lourdes es uno de los más grandes del mundo, y "tiene una resonancia mundial impresionante. Yo soy argentino, y cuando pienso que el 11 de febrero, que es el día de Nuestra Señora de Lourdes, en Buenos Aires, sé que hay 300 mil personas alrededor del cardenal para celebrarla, y esas personas se sienten en Lourdes".
Desde su función como rector, el sacerdote expresó que su máxima responsabilidad, es hacer que la gracia de Lourdes, "que nos habla en primer lugar del amor y de la compasión de Dios hacia toda la humanidad, y de la cual, la Virgen María es servidora, llegue a todos".
Las apariciones de Fátima fueron reconocidas por la Iglesia en el año 1858. La Virgen se apareció 18 veces a una niña pobre, Santa Bernardita Soubirous, entre el 11 de febrero de 1858, y el 16 de julio, y envió 10 frases "que son como un eco de la palabra de Dios, y que son una inmensa e impresionante catequesis con la invitación a la conversión, y una invitación a la comunión con Dios".
Bernardita Soubirous, una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, enferma, y que en el momento de las apariciones, todavía no había podido hacer su primera comunión, su existencia "nos habla de la fecundidad de Dios en nuestra vida", agregó.
"Si se pudiera resumir con una frase bíblica el mensaje de Lourdes, podría ser la del Apóstol San Pablo: Allí donde abundó el pecado, allí mismo, sobreabundó la gracia. Y esto es muy importante, porque no está el pecado, y luego la gracia, ahí está mi naturaleza, tal y como soy yo, allí mismo, está el Señor actuando y está trabajando".
El P. Brito explicó que otra de las particularidades del mensaje de Lourdes es precisamente, la presencia de los enfermos: "Lourdes es conocido en todo el mundo gracias a la presencia de los enfermos, pero esa enfermedad física también nos habla de otra enfermedad de la que nos habla el profeta Isaías, el corazón del hombre está enfermo, de hecho, el gran mensaje de Lourdes, es la conversión del corazón".
"Yo diría que la cumbre de una peregrinación es nuestra conversión, es decir, el paso de una actitud a otra actitud, el paso de una realidad a otra realidad. Y de eso justamente nos habla la Inmaculada, la Virgen Inmaculada, no es una diosa, la Virgen, como nos dice la liturgia es de nuestro tiempo, de nuestra raza, de nuestra historia, y al contemplar a la Inmaculada nos contemplamos a nosotros mismos, es el trabajo que Dios está haciendo en cada uno de nosotros. La inmaculada no es una diosa, es nuestra humanidad renovada por Dios", concluyó.
Los milagros de Lourdes
Actualmente, la Iglesia ha reconocido 70 milagros en Lourdes, "Le Bureau des Constatations Médicales" y de "Le Comité Médical International" de Lourdes, rigen de manera rigurosa el análisis científico de las curaciones que se producen.
Se han registrado siete mil expedientes de curación, y aunque su gran mayoría no ha recibido la aprobación por la Iglesia, destaca entre ellos el testimonio de Marie Bailly, una joven moribunda afectada por peritonitis tuberculosa en último estadio, cuya curación desembocó en la conversión del Premio Nobel de Fisiología y Medicina, el ex ateo Dr. Alexis Carrel.
Carrel, el precursor de todas las técnicas conocidas hasta hoy sobre cirugía vascular, fue testigo de la curación de Marie Bailly, luego de entrar en contacto con el agua del manantial de Lourdes.
Incrédulo e interesado con el tiempo de curación de quienes decían experimentar la gracia de los milagros, Carrel anotó los hechos de la sanación de Bailly marcando el tiempo, el pulso, la expresión facial y otros datos clínicos de la joven, y corroboró, cómo el abdomen, enormemente hinchado y muy duro, se aplanó por completo en un plazo de 30 minutos, sin ningún tipo de descarga corporal, y cómo se recuperó por completo pese a que minutos antes la había desahuciado.
Carrel, se negó a creer que era un milagro, pero antes de su muerte se convirtió.